jueves, 8 de julio de 2010

Los Legionarios o el reino de Maciel

Madrid.- Sábado 15 de mayo. En horario de máxima audiencia en España, La 2 -la segunda cadena de la televisión estatal- emite dentro de su programa “Documentos TV” el documental “Votos de silencio”, dirigido y producido por el periodista estadounidense Jason Berry. En 59 minutos, la cinta describe casos de pederastia perpetrados por el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel Degollado. Las imágenes también hacen un repaso de la vida familiar y eclesial del cura nacido en Cotija, Michoacán (10 de marzo de 1920), y reflejan cómo aprovechó su gran carisma e influencia en sectores del Vaticano para llegar a convertirse en uno de los principales recolectores de fondos económicos de la Iglesia católica.


El documental, basado en el libro del mismo nombre que Berry coescribió en 2004 con Gerald Renner, recurre a testimonios como las de José Barba, Paul Lennon, Juan José Vaca, Alejandro Espinosa, Arturo Jurado y Christopher Kunze para contar el modo en que Maciel tejió una orden basada en el culto a su persona en la que los jóvenes seminaristas le mencionaban como “Nuestro padre”. Desvelan que a través de votos secretos, el cura mexicano prohibía cualquier crítica contra él o su movimiento y que gracias a una auténtica tiranía psicológica, logró encubrir abusos sexuales. El desaparecido Renner fue reportero del periódico editado en Connecticut (Estados Unidos), Hartford Courant en cuyas páginas se denunciaron por primera vez en 1997 casos de abusos a menores por parte de Maciel.

Ante la cámara, una de sus víctimas recuerda que Maciel le dijo: “`Por favor, dame un masaje en el estómago´, y me movió la mano, haciendo un masaje. Yo no podía creer que estaba tocando a aquel santo. Él me llevaba la mano hacia abajo”. Luego explica que, con maestría, el cura le confundía diciéndole: “`Probablemente estaba inconsciente. Lo que hiciste fue un acto de compasión. Me ayudaste a aliviar mi dolor. Tranquilo, te daré la absolución´, y me dio la absolución”.

“Votos de silencio” se ocupa de la estrecha relación que Maciel tuvo con el Papa Juan Pablo II, fundamental para el ascenso de los legionarios en la jerarquía vaticana y para evitar que los frecuentes abusos de su líder fueran conocidos por la opinión pública. Las denuncias se acumulaban en un limbo de silencio. Pero, tras la muerte del cura el 30 de enero de 2008 en Florida (Estados Unidos), la propia Legión, forzada por las pruebas y el escándalo, reveló que Marcial tenía una hija biológica adulta. Otros informes difundidos en agosto de ese año aseguraban que en México y España existen al menos otros cinco hijos más fruto de su relación con una segunda mujer.

El filme de Berry y Renner, que fue estrenado en México en noviembre de 2008 dentro del III Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, denuncia que Maciel era adicto a un derivado de la cocaína. Las declaraciones a la cámara explican que utilizaba a seminaristas “para conseguir recetas”. “Dábamos propinas, dinero, sobornos, a médicos de Roma”, asegura una de las fuentes. “Tenía los dos brazos destrozados”.

En mayo, los crímenes de Marcial Maciel no sólo aparecieron en La 2. El matinal “El programa de Ana Rosa”, que de lunes a viernes se transmite en la cadena privada Telecinco, emitió una entrevista exclusiva con Alejandro Espinosa Alcalá, sobrino del cura michoacano. La víctima contó cómo, siendo un niño de apenas doce años, “fui uno de los elegidos para sus avatares sexuales” bajo el pretexto de “protegerme de las enseñanzas del maligno”. Recordó que la explicación que su pariente le daba sobre su conducta era que sufría unos “horribles dolores”por “retención prostática del semen y que el mismo Papa le había dado permiso de utilizar niños para aliviarse de esos dolores prostáticos”. El líder de los legionarios, afirmó, se rodeó de lo que él llama “harem” de jóvenes que se “encargaban de atender todas sus necesidades físicas”. Espinosa, contó: “En Roma, en los tiempos en los que estuve allá, eramos unos noventa estudiantes de los que al menos treinta pertenecíamos a su harem”. Espinosa fue reclutado para formar parte de los Legionarios en 1950. Ser testigo de los excesos del fundador de la orden le permitió escribir el libro “El Legionario” (2003). Con 72 años vive actualmente en Tamaulipas.

Trama, despilfarro y excesos

Alejandro Espinosa es también autor del libro “El ilusionista Marcial Maciel. Biografía no autorizada”, colocado en las librerías en marzo de 2010. La obra fue uno de los pilares en los que Idoia Sota, periodista de El Mundo, se basó para retratar en una serie de reportajes la turbulenta vida de Marcial Maciel: planes para asesinarlo, dinero en paraísos fiscales, ayudas de multimillonarios, viajes pederastas a Tailandia, drogas, relaciones con varias mujeres, seis hijos... En tres entregas aparecidas en el suplemento dominical Crónica, el texto es fruto de ocho meses de investigación periodística. La última, titulada “¿Por qué no asesinamos al fundador” (11 de abril de 2010), desató la furia de la delegación territorial en España de los Legionarios de Cristo. Su director, Jesús María Delgado, envió al día siguiente de la publicación una carta al director del periódico (el segundo en importancia tras El País), Pedro J. Ramírez, en la que exigía varias rectificaciones.

En su reportaje, Idoia Sota afirma que las autoridades de Roma abrieron un expediente a Maciel desde 1956. Por sus influencias, el cura michoacano logró mantenerlo en secreto hasta 1998 cuando un grupo de ex legionarios, entre los que se encontraba Espinosa, denunciaron públicamente sus abusos. De nueva cuenta, sus contactos hicieron que el escándalo se parara, incluso a base de sobornos. Presionado por la verdad, en 2004 el Vaticano abrió una investigación. Justo en ese momento, según contó Crónica, el vicario de la orden, Luis Garza Medina contrató a un detective privado que vigiló a su superior. Parte de sus descubrimientos los compartió en Roma con legionarios durante una charla privada. Sota asegura que tuvo acceso a las grabaciones de ese momento: “Yo sabía que nuestro padre usaba dinero en exceso. Viajaba en el Concorde o iba a un hotel más caro (...). Tenía un fondo discrecional (...). Cuando ya me empecé a meter en las cuentas allá por el año 95 o 96 y vi esta cuenta, pensé que lo más sencillo es que no existiera”, relató Garza Medina. Algunos administradores cifran el imparable tren de vida de Maciel en 50.000 dólares semanales. Con el escándalo en ciernes y ante la posibilidad de que los Legionarios de Cristo perdieran su influencia y poder económico, dice el reportaje, varias fuentes consultadas aseguraron que varios fueron los superiores legionarios que llegaron a considerar la posibilidad de envenenar a Marcial Maciel.

Crónica asegura que Marcial Maciel se hacía acompañar de su secretario personal, el padre John Devlin, en sus viajes a Tailandia donde llegó a sostener relaciones con menores de edad. De su descendencia, el reportaje explica que tuvo siete hijos: tres en México (Omar, José y Christian González Lara), uno en Inglaterra (Kevin), otra en Suiza (que murió en un accidente automovilístico) y otro en Colombia. La primera fue Norma que vive en Madrid. A ella y a su madre ya fallecida les heredó un cuantioso patrimonio: un piso de 327 metros cuadrados en la calle Conde de Orgaz, otra vivienda en el mismo edificio por la que recibe una renta; varios pisos en las exclusivas Torres Colón, un palacete en Sevilla y una caja fuerte en el Banco Santander con cincuenta kilos de joyas.

Las indagaciones de Crónica comenzaron de forma paralela a las “visitas apostólicas” ordenadas por el Vaticano para elaborar un informe de las viciadas estructuras de los Legionarios de Cristo y de Regnum Christi, el brazo laico de la orden. Los obispos Ricardo Watty Urquidi (Tepic, México), Ricardo Blázquez Pérez (Valladolid, España), Ricardo Ezzati Andrello (Concepción, Chile), Charles Joseph Chaput, (Denver, Estados Unidos) y Giuseppe Versaldi (Alessandria, Italia) entregaron a principios de mayo su informe a Benedicto XVI. Tras su análisis, el Vaticano anunció la puesta en marcha de una serie de profundas reformas en la orden al aceptar que las acciones de Maciel fueron “inmorales y criminales”. El Papa dará a un cardenal plenos poderes para que permanezca varios años al frente de la legión con el fin de “renovarla profundamente”. En el envite se juega la credibilidad de su pontificado y el camino hacia la santidad de su antecesor, Juan Pablo II, encantado con Maciel porque, junto con el otro movimiento católico de moda, el Camino Neocatecumenal del español “Kiko” Argüello, le llenaban plazas y estadios de fútbol en sus viajes por el mundo.

En su carta a El Mundo, Jesús María Delgado exigió que la autora presentara pruebas de sus señalamientos que calificó de “afirmaciones calumniosas gravísimas”. Respecto a los planes para asesinar a Maciel. animó a la autora a que, “de tener pruebas, acuda inmediatamente a la Fiscalía para denunciarlo y, si no, ¿cómo es posible que se atreva a recoger, sin contrastar, imputaciones de ese calibre?”.

Delgado recordó al director de El Mundo “que la verificación de la información es un deber ineludible del periodismo. Esta verificación, que no se ha producido, era particularmente necesaria cuando se habla de personas que tienen una especial responsabilidad en la gestión de organizaciones eclesiales, que son honorables, y cuya fama no puede ponerse en entredicho sin ningún tipo de pruebas”. Finalmente, advierte que su equipo de abogados estudia “medidas legales contra publicaciones calumniosas como el artículo presente”.

Silencio

Pero la delegación en España de los legionarios no sólo está preocupada por lo publicado en El Mundo. La principal cadena de radio la SER informó el 11 de mayo, en exclusiva, que durante un encuentro celebrado el 28 de abril en un seminario de Salamanca al que asistieron un centenar de sacerdotes y religiosos, se les advirtió que estuvieran atentos a la posible llegada a territorio español de dos periodistas enviados por The New York Times para indagar sobre los Legionarios de Cristo y la Asociación Regmun Christi. Es necesario, fue la pauta dada a los asistentes, alejarse de la prensa.

En esa reunión privada de una hora y quince minutos de duración, se hicieron varias referencias a la situación financiera de la organización, conocida en algunos ámbitos como los “Millonarios de Cristo” por sus florecientes conexiones con el mundo económico y empresarial. La dirección legionaria puso de relieve la preocupación latente entre consejos directivos y comités de riesgo de los bancos vinculados a los Legionarios. Otro tema relevante fueron los abusos cometidos por Marcial Maciel y la falta de información que sobre ello se tiene al interior de la orden. De acuerdo con la radiodifusora, ese asunto mantiene opiniones dividas sobre la política de comunicación interna seguida por la congregación en la respuesta dada a las víctimas. Algunos asistentes pidieron que ese perdón sea claro y público y no se limite a meros comunicados o contactos privados. Uno de los asistentes apuntó que poco le importa a la gente las relaciones que Maciel tuvo con mujeres y que lo realmente importante son los abusos y el afán por ocultarlos.

Precisamente y presionado por los periodistas asistentes a la conferencia de prensa del 16 de mayo en la ciudad de Comillas (norte España) que le pidieron que fijara una postura sobre el escándalo de los Legionarios de Cristo, el presidente de México, Felipe Calderón, condenó por primera vez los casos de pederastia al interior de la Iglesia católica y dijo que es “un delito vergonzoso y aborrecible” que requiere “una respuesta de Estado” para castigar a los responsables. El mandatario acompañaba a su homólogo José Luis Rodríguez Zapatero tras concluir la Quinta Cumbre Unión Europa-México.

La Legión de Cristo fue fundada en 1941 y actualmente cuenta con más de novecientos curas en activo, cerca de tres mil seminaristas, siete mil miembros de la Asociación Regnum Christi y un patrimonio que varias fuentes cifran en más de 391 mil millones de pesos. Las estrechas relaciones de Maciel con España comenzaron inmediatamente después de crear en México su orden a la edad de veinte años. El entonces ministro de Asuntos Exteriores, el democristiano Alberto Martín-Artajo, fue el encargado de introducirlo en la nacional-católica sociedad de la dictadura de Francisco Franco. Además de la Universidad Francisco de Vitoria, los legionarios tienen en territorio español varios seminarios y cientos de colegios en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, entre otras muchas propiedades.

La Iglesia católica no se había enfrentado a un escándalo parecido al de los Legionarios de Cristo desde que en 1773 el Papa Clemente XIV ordenó la disolución de los jesuitas por presiones de los reyes de Francia, España, Portugal y de las dos Sicilias. La diferencia radica en que entonces fue por motivos de poder y ahora son sucios escándalos sexuales y financieros. A pesar de todo, actualmente la orden de los Legionarios de Cristo y la Asociación Regnum Christi cuenta con una ingente cantidad de seguidores por todo el mundo.

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