miércoles, 27 de octubre de 2010

TDT a la española: problemas técnicos y programación pobre

Madrid.- Cuatro meses han sido suficientes para que afloren importantes deficiencias en el proceso de implantación de la Televisión Digital Terrestre (TDT) en España, el primero de los grandes países europeos en experimentar el “apagón analógico” televisivo. Las quejas se multiplican porque los usuarios se enfrentan a una mala planificación, a la acumulación de avances tecnológicos, a incómodos ajustes de antenas y a graves carencias en calidad y variedad de programación. La transición, que incluyó tres fases, comenzó el 23 de julio de 2007 y concluyó a principios de mayo de 2010. Datos del organismo responsable (Impulsa TDT) aseguran que las zonas con cobertura de TDT actualmente alcanzan al 98,57 por ciento de la población española (poco mas de 46 millones de personas). El resto, dice, vive en áreas con dificultades orográficas, consideradas “zonas de sombra”, que paulatinamente están siendo cubiertas a través de un sistema satelital. La fuente señala que la transición costó más de 288 millones de euros (unos 4.808 millones de pesos). El resultado eventual es que los espectadores tienen ahora una oferta de 31 canales considerados “nacionales”, a los que se le suman los autonómicos (diecisiete comunidades autónomas más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla) y provinciales (49 provincias insulares y peninsulares). Revistas y asociaciones especializadas hablan que la “tarta digital” podría dividirse hasta en 1.164 canales.

Desde finales de 2006, el Gobierno impulsó una gran campaña de comunicación destinada a que los consumidores conocieran los “tres pasos” necesarios para recibir la TDT: comprobar si se encuentra en zona de cobertura, adaptar la instalación de antena colectiva o individual en los hogares y adquirir un sintonizador digital terrestre o un aparato de televisión que ya lo tuviera incorporado. Asociaciones de consumidores calcularon que cada familia se gastó una media de veinte euros (334 pesos) para recibir la señal que las autoridades difundieron como “la del futuro” porque mejora la imagen y el sonido, permite un incremento significativo de canales con calidad e incorpora servicios interactivos que otorgan a los espectadores la capacidad de constituirse como un elemento activo dentro del mundo audiovisual. En la presentación del “Informe final 2010”, Francisco Ros, secretario de Estado de Telecomunicaciones, subrayó que la TDT “ha salvado los efectos de la crisis económica en muchos entornos”. “Se han involucrado más de diez mil empresas, se han generado cuarenta mil empleos directos y se han movilizado más de 120.000 millones de euros”. De los 228 millones de euros que costó la transición, 220 fueron destinados a las comunidades autonómicas mediante créditos blandos (160 millones) o subvenciones directas (sesenta millones). Además, las autoridades repartieron más de 130.000 decodificadores para personas en “riesgo de exclusión social” o con alguna discapacidad -mayores de 65 años con dependencia reconocida y mayores de ochenta que vivan solas y tengan discapacidad sensorial-.

En un análisis para Zócalo, el presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales, señala que, en “términos muy generales”, la parte técnica de la transición analógica a la digital “se ha hecho muy bien” porque España, al igual que el Reino Unido, comenzó experimentando con un modelo de pago que finalmente fracasó porque no despertó el interés de los usuarios “acostumbrados a ver televisión gratis”. Explica que el Gobierno condujo la sustitución de todos los repetidores dando prioridad al “modelo digital terrestre” y “dejando de lado” la opción satelital. Una combinación, destaca, podría haber reducido “algunos gastos imprevistos” porque se eliminarían algunas “zonas de sombra” que comenzaron a brotar no sólo en el medio rural de difícil acceso, sino en las grandes áreas urbanas donde edificios o montañas obstaculizan el paso de la señal.

En verano pasado, los problemas de recepción de señal se trasladaron a las zonas costeras. El “efecto espejo” o fanding, según los técnicos, está causado por la combinación de humedad, mar y calor que debilita las emisiones radioeléctricas. En los tiempos analógicos, el fenómeno enturbiaba la imagen, la debilitaba y se recibía con niebla. Con la TDT, una señal débil deja directamente una pantalla en negro porque es tecnología que exige una mínima calidad de recepción para todo tipo de canales: públicos o privados. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio tomó medidas de emergencia habilitando frecuencias adicionales en las zonas que sufrieron interferencias. Los usuarios también tuvieron que actuar si querían recibir la señal de televisión: volver a sintonizar los descodificadores. Y es que, afirma Perales : “La señal de la televisión digital es más débil que la analógica cuya imagen la puedes ver bien o mal. La podías recibir con `fantasmas´, niebla, con rayas... pero, la digital no la ves simplemente. Por eso hay la polémica de hasta qué punto hubiera sido mejor potenciar el satélite para compensar y evitar problemas.”

En un primer análisis tras el “apagón analógico”, la AUC advertía en marzo pasado que la transición digital “dista mucho de estar acabada” y ponía énfasis en que los usuarios tuvieron que hacer un desembolso importante en un equipamiento que pronto puede quedar obsoleto. El texto destacaba la “clara infrautilización” de las posibilidades tecnológicas de la TDT que abarca desde la falta de información sobre títulos o sinopsis de los espacios hasta la inexistencia del sonido multicanal pasando por la desincronización del subtitulado, el pixelado de imágenes o entrecortamiento del sonido.

La AUC también resaltó que por falta de previsión, los usuarios están destinados a gastar más. En España no se tomó en cuenta la acumulación de cambios tecnológicos que se producían al mismo tiempo que se implantaba la TDT: la televisión de alta definición y la de tres dimensiones. La consecuencia es que, a medio plazo, los actuales televisores que han adquirido millones de ciudadanos no servirán adecuadamente para recibir toda la oferta y posibilidades de la señal digital terrestre. En la entrevista con Zócalo, Alejandro Perales, explica que, de alguna manera, se “engañó a la gente” porque las autoridades no regularon o llegaron a un acuerdo con la industria para que el mercado español estuviera inundado exclusivamente por televisores preparados para la TDT, con alta definición y en tres dimensiones. En cambio, dice, la venta de aparatos analógicos siguió hasta casi el último minuto antes del “apagón analógico”.“La gente ha tenido que gastar dinero en resintonizar sus antenas. Comunidades de propietarios tuvieron que pagar a antenistas para modifiquen la amplificación de antena y pongan cajetines nuevos. Luego tuvieron que comprar un televisor o un decodificador para el aparato analógico. Mucho gasto”, resumió.

Programación pobre

Otros compromisos que no se están cumpliendo, afirma la AUC en su análisis, tienen que ver con la existencia de una oferta televisiva atractiva y con contenidos de calidad. Muchas de las cadenas nacionales y locales se están limitando a la redifusión de programas y a la emisión de contenidos de relleno. Abundan, además, programas de teleconcursos y esoterismo. Perales lo subraya: “Los resultados tampoco han sido buenos en lo que respecta a la oferta de contenidos” y al compromiso contraído de ofrecer una programación atractiva y con contenidos de calidad. Prácticamente, precisa, las cadenas nacionales siguen dominando la oferta TDT porque ocupan todo el espectro que se les concedió multiplicando sus canales para lograr el “multiplex” y generando necesidad de contenidos. Recuerda: “Cuando el Gobierno les otorgó la concesión, esas cadenas se comprometieron a hacer contenidos atractivos. En la practica, lo que hacen es cubrir con contenidos de fogueo, baratos, varias horas. Entonces, nos encontramos con que hay muchos canales con una oferta redundante, repetida, en la que el canal principal marca la pauta de la parrilla y los demás van reprogramando y redifundiendo sus contenidos. Tenemos un panorama bastante pobre. Mucha oferta, muy pobre.”

En su análisis, la AUC detectó un “aumento importante” de programas “telebasura” que transmiten durante todo el día, decenas de canales de teletienda y señales de emisoras de radio que lograron una concesión y que únicamente han puesto una cámara en la pecera para retransmitir por televisión sus programas. Es la radio visualizada. En el otro extremo, la asociación explica que las cadenas están logrado tímidamente tematizar sus canales para dirigirlos a un público objetivo (infantil, series, deportes) visto como “potenciales consumidores” de productos relacionados con los programas que transmiten.

A los problemas técnicos y de programación, la TDT arrastra otra polémica centrada en los grupos mediáticos beneficiados de las concesiones de señal otorgadas por los gobiernos autonómicos y locales. Los dos principales partidos políticos (el derechista Partido Popular y el Socialista Obrero Español) se acusan de dejar de lado consideraciones de calidad para seguir criterios ideológicos al momento de autorizar la aparición de nuevos canales. El objetivo, de uno y otro lado, dice la AUC, es aplicar un modelo de control y manipulación televisiva que sale a relucir en los programas de análisis y debate cuya única intención es atacar y desacreditar a los considerados “enemigos políticos”. Los efectos, insiste de nueva cuenta en su análisis, es una parrilla televisiva “pobre y claramente de relleno”.

Para Alejandro Perales, la situación de la TDT en España tendrá que cambiar a mediano plazo para comenzar a dar paso a una oferta de calidad que tendrá como base un modelo simple de negocio que perfectamente encaja en la señal digital terrestre: la venta a través de la televisión que, a partir de canales temáticos, se convertirá en un “escaparate” de productos que aparecen o son protagonistas de programas.

Televisión e internet

A mediados de agosto, un grupo de expertos coincidió en el Foro 50+4 de tendencias televisivas. El catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique Bustamante, señaló que la llegada de la TDT a los hogares españoles no ha provocado un cambio importante, a excepción del técnico: los nuevos canales son más de lo mismo, no ofrecen diversidad. Son generalistas y utilizados para la redifusión de los contenidos del canal principal del grupo. Bajo esas características, opinó que será muy complicado que se obtengan o aumenten ingresos por publicidad porque la fragmentación y los nichos creados no resultan atractivos para la industria. En su opinión, el camino a seguir en el sector es la fusión de la televisión con internet. “Llevamos años hablando del cambio de paradigma, del usuario como centro de la programación. Él decide qué, dónde y cuándo ve los contenidos. Por eso es necesario que la industria ofrezca una verdadera usabilidad en sus emisiones concediéndole al consumidor una verdadera televisión a la carta. La vía más fácil para conseguirlo es internet”.

El cambio de modelo televisivo español a propósito de la TDT también fue planteado por Eduardo García Matilla, presidente de Corporación Multimedia, empresa dedicada a la producción, investigación y desarrollo de contenidos audiovisuales. En una entrevista con el periódico El Mundo, señaló que “el sector vive una crisis que no es coyuntural sino estructural que obliga a cambios”. Básicamente, destaca, deberá ser un modelo que deje a un lado prácticas aberrantes de programas donde no se apuesta por la “rentabilidad social” sino por repetir lo mismo y con peor calidad. Un dato es revelador para él: en los últimos meses, el 76 por ciento de los programas de televisión que se estrenan en España fracasan. Lo anterior lo atribuye a que “ha muerto aquella idea de ver la televisión en familia”. La respuesta, considera, pasa por una mayor “fragmentación de los contenidos y de la audiencia, sin olvidar internet”.

En su último número, la revista Telos, de la Fundación Telefónica, negaba que internet estuviera destinado a acabar con la oferta televisiva, gratis o de pago. Una encuesta de consumo televisivo daba cuenta que el treinta por ciento de la población europea ve la televisión a través de la red, con una media de cuatro horas diarias. La consultora Havas Digital estima que un tercio de los consumidores españoles ven diariamente online en su computadora vídeos cortos producidos por cadenas de televisión. La tendencia apunta a que la interacción y la conexión a internet será lo que que determinarán la televisión del futuro.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Wikileaks, periodismo de investigación de alta tecnología

Madrid.- La comparación fue inmediata. El pulso que la web Wikileaks.org sostiene con el Gobierno de Estados Unidos al entregar a tres de los periódicos más importantes del mundo miles de archivos que cuestionan la estrategia que implementa en Afganistán para combatir a talibanes y terroristas de la organización Al-Qaeda, evocó a los llamados “Papeles del Pentágono”: El 13 de junio de 1971, cuando la Casa Blanca era aún ocupada por el presidente Lyndon Johnson, The New York Times comenzó a publicar los siete mil documentos de un informe secreto del Departamento de Defensa sobre la implicación militar y política de Washington en la zona de Vietnam entre 1945 y 1967. La información fue entregada al periodista Neil Sheehan por el analista Daniel Ellsberg, uno de los colaboradores en su realización. Los analistas políticos llegaron a la conclusión de que el Gobierno mintió a la opinión pública y al Congreso, además de extender deliberadamente la guerra bombardeando Camboya y Laos o incursionando militarmente en Vietnam del Norte.


La filtración fue el principio del fin de la presidencia de Richard Nixon y aceleró la salida de las tropas americanas de la península de Indochina. La magnitud del escándalo obligó al Gobierno a tratar de impedir sin éxito la publicación del informe. El Tribunal Supremo emitió una sentencia a favor de la prensa. Para difundir los archivos, al Times se le unieron The Washington Post, The Boston Globe, Los Angeles Times y hasta diecisiete periódicos más. Casi cuarenta años después, Ellsberg aseguró en una entrevista que si tuviera en sus manos documentos de la misma importancia, en la era de la red de redes habría hecho lo mismo: “Ahora habría conseguido un escáner y lo habría puesto todo en internet”. Lo importante, enfatizó, es hacer pública la información, ponerla en manos de la opinión pública y dejar que la presión hacia los poderosos surja de ella misma.
Julian Assange, fundador de Wikileaks tomó nota. A pesar de las presiones que en julio y agosto han venido ejerciendo contra la web organizaciones y gobiernos de todo el mundo, en una intervención en en una intervención en el programa “Aktuellt” del canal de televisión sueco SVT, dijo que sur organización tiene la obligación de publicar los cerca de quince mil documentos reservados del Ejército estadounidense relativos a la última guerra de Irak y que, según él, revelan la muerte de veinte mil personas. “Tenemos una deuda con todas las personas que se pueden beneficar de la publicación de estas informaciones”, añadió.

La historia reciente


En la era de internet es muy difícil jugar al escondite. Parece ser que se acabaron los secretos, incluso los considerados de “seguridad nacional”. La verdad se conoce sobre todo si detrás se encuentran páginas electrónicas como Wikileaks, organización que se define como “sin ánimo de lucro”. Es la nueva “garganta profunda” del ciberespacio. Allí se pueden “colgar” documentos o testimonios comprometedores sin que su identidad sea desvelada. De esa forma, el grupo que edita la citada web comenzó a filtrar a finales del mes pasado a los periódicos internacionales The Guardian (Reino Unido), The New York Times (Estados Unidos) y al semanario alemán Der Spiegel un total de 91.731 informes y análisis militares estadounidenses confidenciales sobre el desarrollo de las operaciones bélicas en territorio afgano durante los últimos años.
La mayor filtración de documentos oficiales de la historia militar estadounidense tuvo en Europa una gran repercusión justo en el momento en que organizaciones civiles y políticas están exigiendo a los Parlamentos que las tropas sean retiradas de Afganistán. Una gran parte de los periódicos, agencias de noticias, cadenas de televisión y radio, además de medios por internet, reprodujeron en noticias, reportajes y artículos de opinión los documentos reveladores. La ingente cantidad de información desvela supuestas operaciones encubiertas, muertes de más de dos mil de civiles a manos de las tropas aliadas de las que nunca se informó oficialmente, el aumento del poder de fuego de los terroristas talibanes o acusaciones directas contra los servicios secretos de Irán y Pakistán que estarían ayudando a la insurgencia afgana.
De acuerdo con la interpretación de los documentos hecha por The Guardian, Dier Spiegel y The New York Times, una parte del paquete de información, que abarca desde 2004 a los primeros meses de 2010, se basa en “fuentes que los militares consideran fiables”. La otra, apuntan, no es “altamente verificable” porque tienen como fuente supuestos relatos de primera mano sobre actuaciones fuera de la ley de los soldados aliados que se habrían cobrado la vida de más de dos mil civiles. El diario inglés explica que, de acuerdo con los textos, es posible llegar a la conclusión de que el Gobierno y el mando estadounidense cuenta con un “grupo de élite” o “una unidad secreta de fuerzas especiales” conocida como “Task Force 373”, que “traza a los líderes talibanes para matarlos o capturarlos sin juicio”. Para esas misiones, la coalición estaría usando cada vez más los mortíferos aviones no tripulados que son dirigidos desde las bases militares de Kandahar (Afganistán) o Creech (Nevada, Estados Unidos). A pesar del uso de alta tecnología, el Gobierno de Kabúl ha protestado en varias ocasiones porque ese tipo de bombardeos está causando numerosas bajas civiles. Otras muertes afganas son atribuidas al fuego que los militares abren contra conductores desarmados o motociclistas a los que confunden con terroristas suicidas. The Guardian explica que al menos murieron así 195 personas y otras 174 resultaron heridas. Esas cifras, añade, “es probable que estén subestimadas porque muchos incidentes en duda se omiten” de los informes de campo.
La “Task Force 373” es señalada como la responsable de la muerte de Abú Laith al-Libi, descrito en los textos como un “alto comandante militar” de la red terrorista internacional Al-Qaeda. Al momento de su muerte, en junio de 2007, Al-Libi se encontraba en la zona paquistaní de Mir Alí, muy cerca de la frontera afgana y donde se detectaron campamentos de entrenamiento terrorista. Un documento destaca que en el bombardeo contra ese jefe criminal cayeron seis “combatientes enemigos” y siete que no lo eran. Todos, niños, dice el documento al que se refiere The Guardian. Los blancos de la “Task Force 373” que son considerados listos para “matar o capturar” rebasan los dos mil y están incluidos en la llamada “Lista de Efectos Prioritizados Conjuntos” (JPEL, por sus siglas en inglés).
Otro “foco rojo” que revelan los informes de Wikileaks se refieren a los posibles apoyos que los servicios de inteligencia de Pakistán han venido otorgando, de manera secreta, a los terroristas talibanes mientras que su país recibía de Estados Unidos más de mil millones de dólares anuales por ayudar a combatir a la insurgencia. Entre otros puntos polémicos, los documentos señalan que autoridades de Islamabad permiten que sus agentes celebren reuniones periódicas secretas con jefes talibanes a los que orientan en la formación de grupos que combaten a soldados occidentales o en tramas para asesinar a dirigentes de Afganistán.

Combinación de filtraciones

La revelación de los documentos desató una enérgica protesta de la Casa Blanca y de los altos mandos de la OTAN, además de los países europeos con presencia militar en Afganistán. En un comunicado de prensa, Jim Jones, responsable de Seguridad Nacional del Gobierno estadounidense aseguró que la difusión de los documentos por parte de Wikileaks.org es “irresponsable”. “Condenamos la revelación de información clasificada por individuos y organizaciones que sólo ponen en riesgo la vida de los soldados estadounidenses y amenaza la seguridad nacional. Wikileaks no ha hecho ningún esfuerzo por informar al Gobierno de Estados Unidos sobre el conocimiento de esos documentos”, apuntó para después asegurar que “esta filtración irresponsable no tendrá ningún impacto en nuestro compromiso actual con Afganistán y Pakistán”. En una maniobra política, Jones destacó: “Es importante señalar que el periodo al que se refieren los documentos comprende desde enero de 2004 hasta diciembre de 2009.” Para él, la “caótica” estampa dibujada por los más de noventa mil informes es resultado de la mala gestión del Gobierno del presidente George W. Bush.

Y es que la nueva estrategia y el “cambio de rumbo” en Afganistán implementado por el presidente Barack Obama para, precisamente, evitar a toda costa la muerte de civiles, es el pilar más importante que en materia de política exterior aplica actualmente su Gobierno. La incomodidad provocada por Wikileaks es evidente. El ex candidato presidencial del Partido Demócrata, John Kerry, no dudó en asegurar a The New York Times que la web “no es una organización objetiva sino una que se opone a la política de EEUU en Afganistán”.
Robert Gibss, secretario de prensa de la Casa Blanca dijo el lunes 26 en una rueda de prensa que Obama fue alertado de la filtración una semana antes después de que funcionarios de su gabinete se reunieran con organizaciones informativas que tuvieron acceso a los documentos. La preocupación fue compartida en Londres por la secretaria británica de Estado de Seguridad y ex presidenta del Comité Conjunto de Inteligencia, Pauline Neville-Jones, quien describió el asunto como un tema “realmente serio” y que por ello todos los gobiernos tienen que ser “extremadamente conscientes de la vulnerabilidad de sus sistemas. No sabemos cómo han conseguido ese material. Puede ser una combinación de filtración de documentos, pero uno también sospecha con fuerza que han entrado en los sistemas.”

En Kabúl, el Gobierno del presidente Hamid Karzai puso al vecino Pakistán en el punto de mira al destacar que los documentos filtrados sentencian que la guerra en su país no acabará hasta que los terrorista talibanes y de Al-Qaeda vean destruidos sus refugios o santuarios donde se organizan para lanzar sus ataques. Una fuente oficial de Islamabad respondió que los informes están “fuera de lugar, son sesgados y contrarios a la posición objetiva sobre el terreno”. Añadió que el “pueblo de Pakistán y sus fuerzas de seguridad, incluyendo al ISI (iniciales del servicio de inteligencia), han rendido enormes sacrificios contra las milicias y el terrorismo”. Muchos son los analistas que piensan que los paquistaníes no quieren perder lazos con los líderes talibanes en previsión a posibles alianzas cuando las fuerzas internacionales abandonen Afganistán.

En una rueda de prensa celebrada en Londres tras desatarse el escándalo, Assange negó las acusaciones de las autoridades de Washington de que los documentos ponen en riesgo la vida de miles de soldados. La prueba, aseguró, es que aún se encuentran por difundir unos quince mil folios que serán expurgados de datos que podrían dejar expuestas a las tropas.

Altavoz en internet

Desde 2006, el portal Wikileaks (wikifiltraciones, en español) viene publicando documentos clasificados por gobiernos o empresas con el objetivo de desvelar excesos y casos de corrupción, protegiendo siempre la identidad de sus colaboradores y fuentes a los que llama whistleblowers. Actualmente cuenta con más de 1,2 millones de documentos que incluyen la planificación del campo Delta del centro de detención de Guantánamo, las comunicaciones realizadas desde el World Trade Center durante los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, las identidades de los miembros del BNP (Partido Nacional Británico), organización política de ideología xenófoba en el Reino Unido o el informe medioambiental sobre acciones emprendidas por la compañía multinacional Trafigura en Costa de Marfil. En sus tres tres años de existencia ha ofrecido a cualquier usuario la posibilidad de alojar de manera anónima y mediante una conexión cifrada, textos, audios o vídeos cuya autenticidad se encarga el portal de comprobar convenientemente.

Uno de los capítulos más recientes que involucran a Wikileaks se relaciona con la detención en mayo pasado del soldado estadounidense Bradley Manning, analista de espionaje para el Pentágono que tenía acceso a los miles de cables clasificados que circulan por internet y que son enviados de forma cifrada a Washington por las embajadas estadounidenses de todo el mundo. Las autoridades militares le encontraron culpable de haber enviado ese material a Wikileaks. Manning fue descubierto gracias a que contactó con el hacker Adrian Lamo a quien dijo que “Hillary Clinton y varios miles de diplomáticos de todo el mundo van a sufrir un ataque al corazón cuando se levanten una mañana y encuentren todo un repositorio de información clasificada sobre política internacional hecho público”.

El fundador de Wikileaks, Assange, es un periodista, programador y activista australiano que se ha rodeado de cinco voluntarios a tiempo completo y de entre ochocientos y mil colaboradores (técnicos informáticos, abogados, periodistas...) que mantienen activo a Wikileaks desde un servidor en Suecia. Entre los reconocimientos que le han otorgado se encuentra el premio Index on Censorship (2008) de la revista The Economist y el Premio Amnistía Internacional de los Medios de Comunicación Británicos (2009) por la exposición de asesinatos extrajudiciales en Kenia con la investigación de “El Llanto de la Sangre”.

De acuerdo con sus normas, el portal, que usa una versión modificada del software de MediaWiki, se mantiene de donaciones y no acepta publicidad ni ayudas públicas. Para seguir funcionando, Wikileaks asegura haber recaudado 370.000 dólares provenientes de asociaciones de periodistas, grupos de comunicación y organizaciones para la defensa de los derechos humanos. Aunque para 2010 su objetivo es llegar a los seiscientos mil dólares, la falta de recursos le obligó a cerrar temporalmente durante un mes.

En una entrevista concedida en abril pasado al periódico español El País, el portavoz de la web, Daniel Schmitt, se refirió a las presiones de las que son objeto por parte de autoridades: “Recibimos una amenaza legal cada semana. Pero nunca hemos perdido un juicio ni hemos censurado. Nunca hemos sentido presión para dejar de hacer nuestro trabajo. Y no lo haremos. Estamos aquí para quedarnos.” Schmitt expuso que lo ideal sería que un periodista escriba sobre un documento confidencial “y esa sea la presentación para el lector. A partir de ahí puede profundizar en la información y su entendimiento. Es cierto que un documento necesita ser puesto en contexto, pero en plena era de la información, creemos que los ciudadanos, que viven en una sociedad global cada vez más compleja, necesitan saber manejar la información con responsabilidad. Y nosotros somos parte de ese proceso de aprendizaje”. La organización sin ánimo de lucro no acepta “rumores, opiniones, impresiones o material ya publicado”. En una entrevista reciente concedida a la cadena pública británica BBC, Assange destacó que Wikileaks “es un servicio público internacional y su misión es permitir a periodistas e informantes poner a disposición del público materiales que han sido censurados”. En ese sentido, la prestigiosa revista Foreign Policy se preguntó en un artículo sí “se trata del nuevo periodismo”.

En el ámbito periodístico, la repercusión de Wikileaks ha crecido gracias al valor de sus últimas revelaciones. Un ejemplo son las 3,6 millones de visualizaciones que registró Youtube en sólo 72 horas del vídeo “Collateral Murder” en el que un helicóptero artillado estadounidense mataba el 12 de julio de 2007 a once civiles en Bagdad, entre ellos el fotógrafo de la agencia internacional de noticias Reuters Namir Noor-Eldeen y su ayudante, Saeed Chmagh. Las imágenes -decodificadas con la misma tecnología que usan los servicios de inteligencia-, están aderezadas con despectivos y ofensivos comentarios de los soldados a las víctimas. Aferrándose a la estadounidense Ley de Libertad de Información, Reuters intentó durante años sin éxito tener acceso a ese vídeo y a la investigación.
Ese ejercicio desató las alarmas en el Pentágono que desde antes ya le tenía en la mira: “Wikileaks.org representa una amenaza potencial contra el Ejército de Estados Unidos”, concluía el Departamento de Defensa. En una replica, Julian Assange dijo a The New York Times que “lo que estamos haciendo no es ni más ni menos que lo que hacen las agencias de espionaje: periodismo de investigación de alta tecnología”.

Irak: treinta años de tragedia en tragedia

Madrid.- Los siete años y cinco meses de operaciones militares estadounidenses en Irak terminaron oficialmente este martes con un saldo de 4.419 soldados y más de cien mil civiles muertos. De acuerdo con datos oficiales de Washington, el costo total de la guerra asciende a más de un billón de dólares. El escenario es preocupante: el país se encuentra sumido en un caos político tras las elecciones generales del 7 de marzo. Sus líderes se muestran incapaces de pactar la formación de un Gobierno porque se conducen bajo la estela de la corrupción y el sectarismo religioso y étnico. La grave inestabilidad es un campo fértil para el resurgimiento de la violencia terrorista que en las últimas semanas dio una muestra de su alcance al cometer atentados terroristas que provocaron la muerte de más de trescientas personas.
Años antes de la fecha clave (31 de agosto de 2010), los mandos militares de Estados Unidos comenzaron a “reestructurar” la presencia militar en Irak en cuyo punto más álgido llegó a haber 176.000 efectivos con los objetivos declarados de encontrar armas de destrucción masiva y dotar al país de un Estado en el sentido más amplio de la palabra. Al día de hoy y objetivamente, esas dos misiones fracasaron. Las seis brigadas que permanecerán en territorio iraquí (menos de cinco mil miembros) participan en la operación “Nuevo amanecer” para resguardar el espacio aéreo, dar entrenamiento y asesoría para la formación de la Policía y el Ejército y en apoyar al personal diplomático de Washington. El plan es que el Gobierno local asuma todas sus competencias a finales de 2011. Un pacto entre Estados Unidos e Irak establece que para principios de 2012 no debe estar desplegado ningún militar estadounidense. La retirada comenzó formalmente el 30 de junio de 2009, cuando los batallones estadounidenses abandonaron los principales núcleos urbanos y cedieron el mando al Ejército y la Policía Nacional iraquíes.
La última dotación estadounidense que puso fin a sus combates fue la cuarta brigada de blindados “Stryker” de la II División de Infantería. La madrugada del veinte de agosto pasado cruzó la frontera entrando en Kuwait tras avanzar más de quinientos kilómetros de desierto en territorio declarado hostil. Durante meses, esos soldados habían librado violentos combates contra grupos de terroristas en Bagdad y en la provincia de Diyala, una zona dominada por líderes de la organización criminal internacional Al-Qaeda. Precisamente, el grueso de las tropas que dejan territorio iraquí están siendo encauzadas al frente de Afganistán donde el presidente Barack Obama ordenó un rearme de sus fuerzas con el objetivo de acabar con el resurgimiento de los talibanes y de los grupos terroristas afines a Al-Qaeda. A principios de 2009 en ese país había 33.000 efectivos estadounidenses. A finales de septiembre de 2010 habrá 96.000.

La segunda guerra en el Golfo Pérsico comenzó en marzo de 2003 y, tras cuarenta días, los mandos declararon la toma de Bagdad y el derrocamiento de la dictadura de Sadam Husein. La decisión de enviar tropas enfrentó al entonces presidente George Bush con gran parte de la comunidad internacional y con la propia opinión pública de su país. Según la última encuesta de la consultora Gallup, al día de hoy el 54 por ciento de los estadounidenses piensa que fue un error desplegar tropas en Irak cuyo costo total ha sido de más de un billón de dólares. Es el segundo conflicto más caro en la historia bélica de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial (4.100 billones) y supera al de Vietnam (46.000 millones).

Ese esfuerzo no ha podido traducirse en una pacificación total del país. La violencia terrorista cuyas principales víctimas son civiles descendió notablemente desde que en 2006 y 2007 alcanzó sus más altas cotas con más de tres mil muertos mensuales y obligó a la administración Bush a reforzar las tropas y ordenar una ofensiva contra los núcleos de terroristas que buscaban provocar una guerra civil. Actualmente se mantiene la tensión étnica entre la mayoría árabe y la minoría kurda, además de la religiosa entre la minoría suní (a la que pertenecía Sadam Husein) y la mayoría chií sometida durante décadas de dictadura.

La incapacidad y voluntad de llegar a acuerdos entre los líderes, a pesar de la enorme presión estadounidense, mantiene a los más de treinta millones de iraquíes en la desesperación porque se saben gobernados por una administración fantasma cuya única certeza es que el próximo primer ministro será chií. El actual, Nuri al-Maliki lo tiene muy difícil para mantenerse en el cargo después de la victoria electoral de su principal rival, Iyad Alaui quien encabeza al partido “Iraquiya”, fuerza que obtuvo 91 de los 325 diputados del Congreso. Los 89 escaños que alcanzó el actual mandatario parecen insuficientes por las diferencias que mantiene con los socios que en las elecciones de 2005 le llevaron al poder: el Consejo Supremo Islámico Iraquí, obediente al régimen de Irán, y la “Corriente Sadrista”, el grupo encabezado por el clérigo radical Múqtada al-Sáder, quien no perdona los ataques del Ejército iraquí contra sus milicianos en 2008 y considera que Al-Maliki es un agente de Washington

En una clara -y no excepcional- violación a la Constitución, hace tres meses que vencieron los plazos para la formación del Gobierno. Las negociaciones transcurren en el máximo secretismo, sin proyectos económicos o sociales por parte de los partidos que sólo buscan defender sus intereses personales o confesionales. Las alianzas políticas nacen y mueren en horas. Paulatinamente, los grupos suníes herederos de la dictadura de Husein se incorporan poco a poco al sistema político mediante negociaciones y a falta de causes para su representación. Y es que Al-Maliki utilizó el proceso de “desbaazificación” (Baaz, Partido Árabe Socialista de Sadam Husien) para purgar a sus posibles rivales políticos: a 511 candidatos sospechosos de esa afiliación se les prohibió concurrir a los comicios de marzo.

Como Estado, Irak está por reconstruirse y su principal obstáculo es la actitud de sus dirigentes que mantienen congeladas leyes -como la estratégica del petróleo- por meses o años. Son treinta años de tragedias: la cruenta guerra contra Irán (1980-1988), la invasión de Kuwait (1990) y, por ende, la primera guerra del Golfo (1991). Le siguieron doce años de embargo decretado por Naciones Unidas y siete años de ocupación aliada.

El balance global es de un país solitario, abandonado: las grandes ONG´s no trabajan en él, casi el 50 por ciento de su población está desempleada, en amplias zonas sólo se disponen de cuatro horas diarias de luz, menos del 70 por ciento de los ciudadanos tienen acceso a agua potable, hay un millón y medio de desplazados, disponibles sólo existen 35 mil camas de hospital, los sueldos son miserables, la gasolina cuesta diez veces más que en 2003, el campo permanece sin agricultores tras cuatro años de sequía, hay un millón de viudas y tres millones de huérfanos, casi el 80 por ciento de los iraquíes trabaja en el Ejército, la Policía, la administración o en la industria del petróleo... y así. El pánico para la mayoría es que la situación culmine en un rebrote de la violencia entre suníes y chiíes. La posibilidad de una guerra civil es latente porque la mayoría de los líderes, políticos o religiosos, tiene o se dispone a crear su propia milicia. Agazapados, Al-Qaeda y sus aliados terroristas esperan la oportunidad para desencadenar masacres. A corto plazo no hay una respuesta esperanzadora a la lógica pregunta: “Y ahora, ¿qué hacemos?”.

jueves, 8 de julio de 2010

Crónica, el germen de la obra de Saramago

Madrid.- Cierto es que nunca se consideró un periodista. Pero, muchos años antes de ser el único novelista de lengua portuguesa que ha recibido el Premio Nobel de Literatura (1998), José Saramago fue poeta, editor, crítico literario, articulista y pobre. De acuerdo con sus biógrafos, sólo a través de la fusión a lo largo de su vida de su lamentable condición económica, de la práctica del periodismo y, finalmente, de su excelsa creación literaria se puede entender el origen de la preocupación social y la exigencia ética y estética que logró plasmar en toda su obra. En 1933 su madre le regala su primer libro: O Mistério do Mohíno, de Joseph Jefferson Farjeon. Allí comienza su encadenamiento con las letras. Nació un 16 de noviembre de 1922 en el pueblo de Azinhaga, en el seno de una familia campesina. Obligados por la escasez, se trasladan en 1924 a Lisboa donde cursa sus estudios de primaria. Sin poder terminar la educación secundaria por falta de dinero, con apenas doce años ingresa a una escuela de enseñanza profesional para aprender el oficio de cerrajero mecánico. Entonces, comienza a frecuentar una biblioteca pública durante las noches. “Y fue así, sin ayudas ni consejos, apenas guiado por la curiosidad y por la voluntad de aprender, que mi gusto por la lectura se desenvolvió y pulió”, recordó él mismo décadas después.

La educación autodidacta le puso en contacto con el mundo de la literatura y le permitió publicar, en 1947, su primer libro: “La Viuda” que por “conveniencias editoriales” salió a la venta como “Tierra del pecado”. Después de esa obra, escribió la novela “Claraboya”, hasta la fecha inédita, y comenzó otra que nunca terminaría. Entonces, según él, abandonó la escritura porque percibió que “no tenía que decir nada que valiese la pena”. A finales de los años cincuenta y tras ser jefe administrativo en la industria metalomecánica y desempeñarse en la Compañía de Seguros Previdente, ingresa en la editorial “Estudios Cor” lo que le permite entablar relaciones de amistad con algunos de los escritores portugueses más importantes de su tiempo. Traduce, también, obras de León Tolstoi o Charles Baudelaire. Entre 1968 y 1972, el autor gana lectores publicando crónicas costumbristas para el periódico A Capital y para el semanario Jornal do Fundao. Todas están recopiladas en los libros “Las maletas del viajero” y “De este mundo y el otro”. Para ese género periodístico, Saramago utiliza como materia la vida que pasa delante de sus ojos e, incluso, la que pretender pasar desapercibida, de puntillas, para que no la vean. A sus seguidores les descubre que todas las vidas son extraordinarias y que detrás de ellas hay una hermosa y terrible historia digna de ser contada y que permitirá comprender mejor el mundo en el que vivimos. Los analistas del autor sostienen que en esas crónicas periodísticas se encuentra el núcleo de los que fue su obra novelística posterior.

El prestigio que poco a poco va ganando en el mundo de la literatura de finales de los años sesenta le permiten integrarse a la revista Seara Nova como crítico literario. Desde esa posición Saramago pudo conocer, comprender, analizar y disfrutar de una importante etapa en la producción literaria portuguesa. “Comunista hormonal”, como él mismo se definió, hizo pública su simpatía por esa corriente de pensamiento político en 1969 cuando se afilió al Partido Comunista Portugués (PCP), que en ese entonces era ilegal. El autor tenía 47 años cuando perfiló ese activismo social que le acompañó para siempre. Con ese compromiso se integró en la primera dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores mientras que su carrera en el mundo de las rotativas comienza a consolidarse cuando en 1971 le ofrecen dirigir el suplemento cultural del importante Diario de Noticias. Saramago termina por convertirse, cuatro años más tarde, en director adjunto del periódico. Muchos de sus comentarios críticos y audaces en el ocaso de la dictadura militar de Antonio de Oliveira Salazar no vieron la luz porque algún oscuro funcionario del Departamento de Prensa del régimen los subrayó con lápiz rojo.

El escritor, como miembro activo del PCP, tomó parte activa en 1974 en la “Revolución de los Claveles”, levantamiento del 25 de abril de ese año que acabó con la dictadura que dominaba el país desde 1926, la más antigua de la Europa de ese tiempo. El fin del llamado “Estado Novo” permitió la instauración de la democracia y la independencia de las colonias portuguesas en África. Fue despedido del Diario de Noticias por motivos políticos de forma que tocó casi todas las “teclas”, buenas y malas, del periodismo. Años después, aseguró: “Sin empleo una vez más, ponderadas las circunstancias de la situación política en que entonces se vivía (la dictadura de Salazar) y sin posibilidad de encontrar trabajo, tomé la decisión de que me dedicaría enteramente a la literatura: ya era hora de saber lo que podría valer como escritor”.

Entonces, nace el literato

Su mayor ilusión fue ser escritor. Y lo logró. Sus novelas, poemas, obras de teatro o cuentos son una muestra de su potencial como creador de uno de los universos literarios más personales y sólidos del siglo XX. Todo se apagó. El portugués, cuyo nombre completo fue José de Sousa Saramago, dejó de existir el viernes 18 de junio de 2010 minutos después de la una de la tarde. Se encontraba en su residencia de la isla de Lanzarote (islas Canarias) acompañado por su segunda esposa, la periodista y traductora personal sevillana Pilar del Río. La causa fue una leucemia crónica. El relato fatídico asegura que tras haber desayunado con normalidad y mantener una conversación con su compañera, comenzó a sentirse mal y no pudo recuperarse. Horas o minutos antes, el creador se entregaba, apasionado, a las páginas. Junto a su sillón de lectura y escritura, en la mesa baja de la sala familiar, se quedaron los últimos libros por los que se interesó: “A ciegas”, de Claudio Magris; las reseñas que George Steiner (crítico y teórico de la literatura y cultura) publicó en el periódico estadounidense The New Yorker entre 1967 y 1997 o “Y la palabra se hizo vida”, de Eduardo Barreto Betancourt.

“La máquina de hacer españoles”, del angoleño Valter Hugo Maey y “El gran secreto de Jesús”, del escritor y periodista español Juan Arias, fueron también parte de sus últimas lecturas. En ese espacio se encontraban dos libros muy especiales para Saramago. La última novela escrita por el alemán Thomas Mann, que acababa de ser reeditada y que el autor portugués editó en su país natal hace décadas y la correspondencia que entre 1959 y 1971 mantuvo con José Rodrigues Miguéis. Esa última obra acababa de ser editada a comienzos de junio. De acuerdo con Pilar del Río, cuando lo tuvo entre sus manos aseguró: “Ahora ya me puedo morir tranquilo”.

Por eso es tan natural que el cuerpo de Saramago haya sido incinerado en Lisboa con una edición de “Memorial del convento” (1982), una de sus obras fundamentales para lograr el reconocimiento mundial y, en parte, culpable de que haya conocido a Pilar del Río. Emocionada, contó que su lectura le impresionó tanto que en 1986 viajó a Portugal para entrevistar al autor. Dos años más tarde se casaron. En la capilla ardiente del Salón de Plenos del ayuntamiento lisboeta, Eduardo Lourenco, considerado uno de los intelectuales portugueses más destacados de las últimas décadas, con lágrimas en los ojos entregó un ejemplar de esa obra a la compañera de Saramago. Antes, escribió unas palabras que nadie pudo leer porque fue depositado entre las manos del escritor y cerrado el féretro.

Mientras los restos se convertían en polvo en el cementerio del Alto de San Juan, centenares de personas, rodeadas de banderas comunistas y con puños en alto, coreaban una y otra vez “¡Saramago, la lucha continúa!”. Otros tantos blandían claveles rojos, el símbolo de la Revolución del 25 de abril. Muchos más levantaban ejemplares de obras tan fundamentales para la historia literaria portuguesa como “El viaje del elefante”, “El Evangelio según Jesucristo” o “Ensayo sobre la ceguera”. Era la despedida y bienvenida al “camarada” porque sus cenizas, como lo anunció el alcalde lisboeta, Antonio Costa durante la ceremonia institucional de homenaje, se quedarán en la capital de Portugal. Y es que a la hora de su muerte, el escritor regresó a la ciudad en la que trabajó, escribió y comprendió que las autoridades oficiales le daban la espalda a través de la censura. Esa etapa de su historia personal tuvo una especie de colofón cuando los medios de comunicación lusos destacaron que el jefe del Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva, estuvo ausente de las honras fúnebres de Saramago cuyos restos fueron repatriados de Lanzarote por un avión militar enviado por el Gobierno del primer ministro socialista José Sócrates. Es “una polémica estéril”, dijo Cavaco. El presidente declaró que mediante el comunicado oficial en el que lamentó la muerte del escritor, hizo “lo que un jefe de Estado debe hacer” y que es “diferente a lo que deben hacer los amigos o conocidos” porque nunca tuvo “el privilegio” de conocer o encontrarse con Saramago. Cavaco pasaba unos días de vacaciones con su familia en el archipiélago de las islas Azores.

En la vida de Saramago, el católico Cavaco está incluido en la etapa de censura. Era primer ministro de Portugal (1985-1995) cuando publicó la polémica obra “El Evangelio según Jesucristo”. El libro describe una historia de ficción alternativa a la vida de Cristo en la que llega a casarse con María Magdalena. Sectores conservadores tacharon al autor de blasfemo. En 1992, un funcionario portugués vetó la obra como candidata lusa al Premio Literario Europeo. En su enfado, el escritor decide cambiar su residencia a Lanzarote. Su enfrentamiento con la Iglesia católica le persiguió, incluso, un día después de su muerte. En un artículo publicado el 19 de junio el periódico vaticano L´Osservatore Romano publica un duro obituario bajo el título “La omnipotencia (presunta) del narrador”, firmado por Claudio Toscani. Tras repasar su vida, le define como un “populista extremista” de ideología antirreligiosa y anclado en el marxismo. Y, asegura: “Fue un hombre y un intelectual de ninguna admisión metafísica, hasta el final anclado en una proterva confianza en el materialismo histórico”.

Desde Roma también tuvo palabras de despedida Ernesto Franco, director de la editorial “Einaudi”, la casa que se negó a publicar “El cuaderno”, el libro que recopila desde su blog “comentarios, reflexiones, simples opiniones sobre esto o aquello, en fin, lo que sea menester y venga al caso.” En su día, la editorial motivó su decisión porque en la obra se decía que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi -propietario de “Einaudi”- es un “delincuente”. Esa afirmación, explicó la empresa, no la puede adoptar como propia al ser “una acusación que cualquier juicio condenaría”. Saramago se lo tomó con filosofía. En una entrevista concedida a la agencia de noticias española EFE dijo que “Berlusconi es dueño de `Einaudi´. Era previsible que tomara una decisión contra el impertinente escritor que le molesta”. Aseguró también que “alguien ha dicho que una mitad de la población trabaja para Berlusconi y que la otra mitad sueña con hacerlo. Esta es una de las raíces de la cuestión. La otra, tal vez más importante aún, es que la corrupción no le importa a nadie. Finalmente, la edición italiana de “El cuaderno” estuvo a cargo de “Bollatti Borlingheri”. A todo ese episodio se antepone, dijo Franco, las “inconfundibles páginas que Saramago dibujaba” al utilizar letras mayúsculas sólo después de los puntos.

Última aventura

Ese característico empleo de los signos de puntuación, que ayudó al genial autor portugués a obtener el máximo reconocimiento literario del mundo, tuvieron también hueco en la apasionante aventura en la que se involucró en lo que llamó la “página infinita de internet”. A los 85 años, el 15 de septiembre de 2008 abre un blog, “El cuaderno de Saramago”, que utilizó para escribir una crónica de la actualidad con su particular espíritu crítico. Desde su ventana a internet estableció una nueva comunicación con sus lectores quienes le respondieron con comentarios, opiniones y reflexiones sobre temas variados. En una ocasión confesó que su irrupción en la red de redes había superado todas sus expectativas. “Me impresiona, sobre todo, la rapidez de la respuesta de los lectores y la franqueza con que se expresan, como si estuviéramos entre colegas”. Entre los temas que trató destacan la crisis financiera o el ascenso de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos. Fustigó a la izquierda a la que acusó de “no tener ni puta idea del mundo en que vive” y arremetió contra líderes de la derecha europea como José María Aznar (español), Nicolás Sarkozy (francés) o Silvio Berlusconi (italiano). Iberista declarado, dio cuenta de su linda utopía en la que le gustaría ver una España y un Portugal unidas en un país nuevo. Abogó porque se agravarán al máximo las penas de prisión contra los autores de la violencia machista al no ser ajeno de ninguna causa que considerara justa.

Saramago dejó una considerable cantidad de comentarios, adhesiones a manifiestos, plataformas y cartas abiertas contra la pederastia, el genocidio en África, el armamentismo o la deforestación. Esas acciones extra-literarias y solidarias mucho tuvieron que ver con América Latina, región en la que veía que se estaba produciendo el “cambio de la historia” gracias a los gobiernos progresistas de la región. Pero, a pesar de su marxismo, por ejemplo, en 2008 escribió que “las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no son un movimiento revolucionario” por utilizar como recursos el secuestro y el narcotráfico. De la dictadura cubana se deslindó tras haber criticado abiertamente en 2003 las condenas impuestas a 75 disidentes y la ejecución sin juicio de tres secuestradores. “Hasta aquí he llegado. Desde ahora en adelante Cuba seguirá su camino, yo me quedo”, escribió.

Detractor de los tratados internacionales de libre comercio porque, decía, ponen en “entredicho” la soberanía de los pueblos, Saramago fue un defensor de los indios latinoamericanos a los que consideraba víctimas de “cinco siglos de humillación” y de un crimen histórico. Al movimiento zapatista mexicano le consideró “una esperanza no sólo para México, sino para América”. A su líder, el “subcomandante Marcos”, el comparó con el “Llanero Solitario”.

El primero de septiembre de 2009 se despidió de sus lectores. Admitió que “si alguna vez tuviera algo que comentar u opinar sobre algo”, llamaría a la puerta de “El cuaderno” porque le consideraba el lugar donde “más a gusto” podía expresarse. Los internautas que le acompañaron recuerdan el texto de su despedida: “Adiós, por tanto. ¿Hasta otro día? Sinceramente, no creo”. Pero, con una pequeña posdata, matizó: “Pensándolo mejor, no hay que ser tan radical”.

Los Legionarios o el reino de Maciel

Madrid.- Sábado 15 de mayo. En horario de máxima audiencia en España, La 2 -la segunda cadena de la televisión estatal- emite dentro de su programa “Documentos TV” el documental “Votos de silencio”, dirigido y producido por el periodista estadounidense Jason Berry. En 59 minutos, la cinta describe casos de pederastia perpetrados por el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel Degollado. Las imágenes también hacen un repaso de la vida familiar y eclesial del cura nacido en Cotija, Michoacán (10 de marzo de 1920), y reflejan cómo aprovechó su gran carisma e influencia en sectores del Vaticano para llegar a convertirse en uno de los principales recolectores de fondos económicos de la Iglesia católica.


El documental, basado en el libro del mismo nombre que Berry coescribió en 2004 con Gerald Renner, recurre a testimonios como las de José Barba, Paul Lennon, Juan José Vaca, Alejandro Espinosa, Arturo Jurado y Christopher Kunze para contar el modo en que Maciel tejió una orden basada en el culto a su persona en la que los jóvenes seminaristas le mencionaban como “Nuestro padre”. Desvelan que a través de votos secretos, el cura mexicano prohibía cualquier crítica contra él o su movimiento y que gracias a una auténtica tiranía psicológica, logró encubrir abusos sexuales. El desaparecido Renner fue reportero del periódico editado en Connecticut (Estados Unidos), Hartford Courant en cuyas páginas se denunciaron por primera vez en 1997 casos de abusos a menores por parte de Maciel.

Ante la cámara, una de sus víctimas recuerda que Maciel le dijo: “`Por favor, dame un masaje en el estómago´, y me movió la mano, haciendo un masaje. Yo no podía creer que estaba tocando a aquel santo. Él me llevaba la mano hacia abajo”. Luego explica que, con maestría, el cura le confundía diciéndole: “`Probablemente estaba inconsciente. Lo que hiciste fue un acto de compasión. Me ayudaste a aliviar mi dolor. Tranquilo, te daré la absolución´, y me dio la absolución”.

“Votos de silencio” se ocupa de la estrecha relación que Maciel tuvo con el Papa Juan Pablo II, fundamental para el ascenso de los legionarios en la jerarquía vaticana y para evitar que los frecuentes abusos de su líder fueran conocidos por la opinión pública. Las denuncias se acumulaban en un limbo de silencio. Pero, tras la muerte del cura el 30 de enero de 2008 en Florida (Estados Unidos), la propia Legión, forzada por las pruebas y el escándalo, reveló que Marcial tenía una hija biológica adulta. Otros informes difundidos en agosto de ese año aseguraban que en México y España existen al menos otros cinco hijos más fruto de su relación con una segunda mujer.

El filme de Berry y Renner, que fue estrenado en México en noviembre de 2008 dentro del III Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, denuncia que Maciel era adicto a un derivado de la cocaína. Las declaraciones a la cámara explican que utilizaba a seminaristas “para conseguir recetas”. “Dábamos propinas, dinero, sobornos, a médicos de Roma”, asegura una de las fuentes. “Tenía los dos brazos destrozados”.

En mayo, los crímenes de Marcial Maciel no sólo aparecieron en La 2. El matinal “El programa de Ana Rosa”, que de lunes a viernes se transmite en la cadena privada Telecinco, emitió una entrevista exclusiva con Alejandro Espinosa Alcalá, sobrino del cura michoacano. La víctima contó cómo, siendo un niño de apenas doce años, “fui uno de los elegidos para sus avatares sexuales” bajo el pretexto de “protegerme de las enseñanzas del maligno”. Recordó que la explicación que su pariente le daba sobre su conducta era que sufría unos “horribles dolores”por “retención prostática del semen y que el mismo Papa le había dado permiso de utilizar niños para aliviarse de esos dolores prostáticos”. El líder de los legionarios, afirmó, se rodeó de lo que él llama “harem” de jóvenes que se “encargaban de atender todas sus necesidades físicas”. Espinosa, contó: “En Roma, en los tiempos en los que estuve allá, eramos unos noventa estudiantes de los que al menos treinta pertenecíamos a su harem”. Espinosa fue reclutado para formar parte de los Legionarios en 1950. Ser testigo de los excesos del fundador de la orden le permitió escribir el libro “El Legionario” (2003). Con 72 años vive actualmente en Tamaulipas.

Trama, despilfarro y excesos

Alejandro Espinosa es también autor del libro “El ilusionista Marcial Maciel. Biografía no autorizada”, colocado en las librerías en marzo de 2010. La obra fue uno de los pilares en los que Idoia Sota, periodista de El Mundo, se basó para retratar en una serie de reportajes la turbulenta vida de Marcial Maciel: planes para asesinarlo, dinero en paraísos fiscales, ayudas de multimillonarios, viajes pederastas a Tailandia, drogas, relaciones con varias mujeres, seis hijos... En tres entregas aparecidas en el suplemento dominical Crónica, el texto es fruto de ocho meses de investigación periodística. La última, titulada “¿Por qué no asesinamos al fundador” (11 de abril de 2010), desató la furia de la delegación territorial en España de los Legionarios de Cristo. Su director, Jesús María Delgado, envió al día siguiente de la publicación una carta al director del periódico (el segundo en importancia tras El País), Pedro J. Ramírez, en la que exigía varias rectificaciones.

En su reportaje, Idoia Sota afirma que las autoridades de Roma abrieron un expediente a Maciel desde 1956. Por sus influencias, el cura michoacano logró mantenerlo en secreto hasta 1998 cuando un grupo de ex legionarios, entre los que se encontraba Espinosa, denunciaron públicamente sus abusos. De nueva cuenta, sus contactos hicieron que el escándalo se parara, incluso a base de sobornos. Presionado por la verdad, en 2004 el Vaticano abrió una investigación. Justo en ese momento, según contó Crónica, el vicario de la orden, Luis Garza Medina contrató a un detective privado que vigiló a su superior. Parte de sus descubrimientos los compartió en Roma con legionarios durante una charla privada. Sota asegura que tuvo acceso a las grabaciones de ese momento: “Yo sabía que nuestro padre usaba dinero en exceso. Viajaba en el Concorde o iba a un hotel más caro (...). Tenía un fondo discrecional (...). Cuando ya me empecé a meter en las cuentas allá por el año 95 o 96 y vi esta cuenta, pensé que lo más sencillo es que no existiera”, relató Garza Medina. Algunos administradores cifran el imparable tren de vida de Maciel en 50.000 dólares semanales. Con el escándalo en ciernes y ante la posibilidad de que los Legionarios de Cristo perdieran su influencia y poder económico, dice el reportaje, varias fuentes consultadas aseguraron que varios fueron los superiores legionarios que llegaron a considerar la posibilidad de envenenar a Marcial Maciel.

Crónica asegura que Marcial Maciel se hacía acompañar de su secretario personal, el padre John Devlin, en sus viajes a Tailandia donde llegó a sostener relaciones con menores de edad. De su descendencia, el reportaje explica que tuvo siete hijos: tres en México (Omar, José y Christian González Lara), uno en Inglaterra (Kevin), otra en Suiza (que murió en un accidente automovilístico) y otro en Colombia. La primera fue Norma que vive en Madrid. A ella y a su madre ya fallecida les heredó un cuantioso patrimonio: un piso de 327 metros cuadrados en la calle Conde de Orgaz, otra vivienda en el mismo edificio por la que recibe una renta; varios pisos en las exclusivas Torres Colón, un palacete en Sevilla y una caja fuerte en el Banco Santander con cincuenta kilos de joyas.

Las indagaciones de Crónica comenzaron de forma paralela a las “visitas apostólicas” ordenadas por el Vaticano para elaborar un informe de las viciadas estructuras de los Legionarios de Cristo y de Regnum Christi, el brazo laico de la orden. Los obispos Ricardo Watty Urquidi (Tepic, México), Ricardo Blázquez Pérez (Valladolid, España), Ricardo Ezzati Andrello (Concepción, Chile), Charles Joseph Chaput, (Denver, Estados Unidos) y Giuseppe Versaldi (Alessandria, Italia) entregaron a principios de mayo su informe a Benedicto XVI. Tras su análisis, el Vaticano anunció la puesta en marcha de una serie de profundas reformas en la orden al aceptar que las acciones de Maciel fueron “inmorales y criminales”. El Papa dará a un cardenal plenos poderes para que permanezca varios años al frente de la legión con el fin de “renovarla profundamente”. En el envite se juega la credibilidad de su pontificado y el camino hacia la santidad de su antecesor, Juan Pablo II, encantado con Maciel porque, junto con el otro movimiento católico de moda, el Camino Neocatecumenal del español “Kiko” Argüello, le llenaban plazas y estadios de fútbol en sus viajes por el mundo.

En su carta a El Mundo, Jesús María Delgado exigió que la autora presentara pruebas de sus señalamientos que calificó de “afirmaciones calumniosas gravísimas”. Respecto a los planes para asesinar a Maciel. animó a la autora a que, “de tener pruebas, acuda inmediatamente a la Fiscalía para denunciarlo y, si no, ¿cómo es posible que se atreva a recoger, sin contrastar, imputaciones de ese calibre?”.

Delgado recordó al director de El Mundo “que la verificación de la información es un deber ineludible del periodismo. Esta verificación, que no se ha producido, era particularmente necesaria cuando se habla de personas que tienen una especial responsabilidad en la gestión de organizaciones eclesiales, que son honorables, y cuya fama no puede ponerse en entredicho sin ningún tipo de pruebas”. Finalmente, advierte que su equipo de abogados estudia “medidas legales contra publicaciones calumniosas como el artículo presente”.

Silencio

Pero la delegación en España de los legionarios no sólo está preocupada por lo publicado en El Mundo. La principal cadena de radio la SER informó el 11 de mayo, en exclusiva, que durante un encuentro celebrado el 28 de abril en un seminario de Salamanca al que asistieron un centenar de sacerdotes y religiosos, se les advirtió que estuvieran atentos a la posible llegada a territorio español de dos periodistas enviados por The New York Times para indagar sobre los Legionarios de Cristo y la Asociación Regmun Christi. Es necesario, fue la pauta dada a los asistentes, alejarse de la prensa.

En esa reunión privada de una hora y quince minutos de duración, se hicieron varias referencias a la situación financiera de la organización, conocida en algunos ámbitos como los “Millonarios de Cristo” por sus florecientes conexiones con el mundo económico y empresarial. La dirección legionaria puso de relieve la preocupación latente entre consejos directivos y comités de riesgo de los bancos vinculados a los Legionarios. Otro tema relevante fueron los abusos cometidos por Marcial Maciel y la falta de información que sobre ello se tiene al interior de la orden. De acuerdo con la radiodifusora, ese asunto mantiene opiniones dividas sobre la política de comunicación interna seguida por la congregación en la respuesta dada a las víctimas. Algunos asistentes pidieron que ese perdón sea claro y público y no se limite a meros comunicados o contactos privados. Uno de los asistentes apuntó que poco le importa a la gente las relaciones que Maciel tuvo con mujeres y que lo realmente importante son los abusos y el afán por ocultarlos.

Precisamente y presionado por los periodistas asistentes a la conferencia de prensa del 16 de mayo en la ciudad de Comillas (norte España) que le pidieron que fijara una postura sobre el escándalo de los Legionarios de Cristo, el presidente de México, Felipe Calderón, condenó por primera vez los casos de pederastia al interior de la Iglesia católica y dijo que es “un delito vergonzoso y aborrecible” que requiere “una respuesta de Estado” para castigar a los responsables. El mandatario acompañaba a su homólogo José Luis Rodríguez Zapatero tras concluir la Quinta Cumbre Unión Europa-México.

La Legión de Cristo fue fundada en 1941 y actualmente cuenta con más de novecientos curas en activo, cerca de tres mil seminaristas, siete mil miembros de la Asociación Regnum Christi y un patrimonio que varias fuentes cifran en más de 391 mil millones de pesos. Las estrechas relaciones de Maciel con España comenzaron inmediatamente después de crear en México su orden a la edad de veinte años. El entonces ministro de Asuntos Exteriores, el democristiano Alberto Martín-Artajo, fue el encargado de introducirlo en la nacional-católica sociedad de la dictadura de Francisco Franco. Además de la Universidad Francisco de Vitoria, los legionarios tienen en territorio español varios seminarios y cientos de colegios en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, entre otras muchas propiedades.

La Iglesia católica no se había enfrentado a un escándalo parecido al de los Legionarios de Cristo desde que en 1773 el Papa Clemente XIV ordenó la disolución de los jesuitas por presiones de los reyes de Francia, España, Portugal y de las dos Sicilias. La diferencia radica en que entonces fue por motivos de poder y ahora son sucios escándalos sexuales y financieros. A pesar de todo, actualmente la orden de los Legionarios de Cristo y la Asociación Regnum Christi cuenta con una ingente cantidad de seguidores por todo el mundo.

martes, 4 de mayo de 2010

¿"Faction" en la obra de Kapuscinski?

Los admiradores y ávidos lectores españoles de la obra de Ryszard Kapuscinski, considerado uno de los mayores reporteros del siglo XX, dejarán de hablar de oídas o de creer lo que cuentan los pocos que hablan y entienden polaco. Para octubre próximo, librerías de toda España tendrán en sus anaqueles las 560 páginas que componen “Kapuscinski non-fiction”, la biografía que pone al famoso periodista bajo sospecha de no permitir nunca que la realidad le estropeara una buena historia. En Polonia, donde una primera tirada terminó de imprimirse a finales de febrero pasado, sus páginas han desatado un agrio debate al desmitificar al autor de “El Emperador”, “ La guerra del fútbol” o “Viajes con Herodoto”: se le acusa de espiar para la dictadura comunista que dominó su país entre 1952 y 1989, teñir de fantasía sus textos periodísticos y gozar de una intensa vida extramatrimonial.


La versión en español estará a cargo del sello “Galaxia Gutenberg”, cuyo editor, Joan Riambau, afirmó al periódico El País que “es un libro importante para aportar luz sobre la trastienda de la realidad comunista, un aspecto que es coherente con nuestra línea editorial”. Por ejemplo, a finales de 2009 puso a la venta “El hombre vigilado”, libro inspirado en las ochocientas páginas de informes policiales secretos y cartas de denuncia interpuestas durante quince años (de 1958 a 1974) contra el escritor búlgaro Vesko Branev en su propio país.

El texto que cuestiona al mito provocó en los círculos políticos y culturales polacos un acalorado debate y dejó un requerimiento judicial. Con ese precedente, el mismo día en que fue puesto a la venta (3 de marzo pasado) llegaron a ser adquiridas 45.000 copias y al día siguiente ya se reimprimían otras cincuenta mil. Cinco semanas después del lanzamiento, según reportó la agencia de noticias española EFE, el libro se había convertido en un “bestseller” con más de 130.000 ejemplares entregados. Pawel Szwed, responsable de la editorial “Swiat Ksiazki” - “El mundo del libro”, filial polaca de la alemana “Bertelsmann”- describió el éxito como un auténtico “fenómeno” y con escasos precedentes en su país. Reconoció que, inicialmente y gracias a los obstáculos a los que el autor, Artur Domoslaswski, se estaba enfrentando, sus expectativas más optimistas no superaban las cien mil copias. Pero, pronosticó orgulloso, “si las cosas van así, creo que el libro podrá vender el doble de ejemplares para final de año”.

Ese grado de notoriedad puede repetirse entre lectores de habla española. Rimbau afirmó que no dudó un instante en hacerse con la biografía que deja serias grietas sobre uno de los héroes más importantes de Polonia, a pesar de que una buena parte de las editoriales europeas que tienen en su catálogo a Domoslawski la han rechazado gracias a la presión silenciosa que Alicja Kapuscinska, viuda de Kapuscinski, ha ejercido. Antes de que los originales de “Kapuscinski non-fiction” cayeran en manos de Szwed, la versión había sido rechazada por al menos dos importantes editoriales de Varsovia que la consideraron demasiado crítica con el afamado reportero. “El revuelo me parece un poco hipócrita por parte de todos: en los países del Este o aceptabas algunas de esas situaciones ambiguas con el poder o quedabas absolutamente al margen de la sociedad”, afirmó el responsable de “Galaxia Gutenberg”. El diario polaco Rzeczpospolita afirmó que la polémica en su país provocó que casas editoriales de España, Francia e Italia rechazaran sacar el libro a la venta.

Pero casi todo condena a Domoslawski. La “osadía” del reportero del prestigioso diario Gazeta Wyborcza, editado en Varsovia, le deja la indignación y la enemistad de altos cargos de la administración central y de la poderosa jerarquía de la Iglesia católica de su país. Una de las principales críticas provino del ex ministro de Asuntos Exteriores,Wladyslaw Bartoszewski, superviviente del campo de extermino nazi de Auschwitz. En una entrevista concedida a la televisión pública acusó al al autor del libro de “violar la ética periodística” y de dar a la vida de Kapuscinski un tratamiento propio de un tabloide sensacionalista. Dijo: “Hay casas editoriales que se comportan como burdeles. No creo que publicase un libro mío en un sitio así”. Aunque comparó el texto con una “guía sobre los burdeles del mundo”, admitió que aún no había leído la biografía ni pensaba leerla y que no colaboraría más con la editorial “Swiat Ksiazki”.

Mi amigo “Richi”

Kapuscinski nació un 4 de marzo de 1932 en Pinsk, entonces parte de Polonia y actualmente territorio de Bielorrusia. Creció en la Varsovia comunista de la posguerra. Tras estudiar historia y arte en la Universidad de Varsovia, comenzó a trabajar como reportero en un periódico juvenil, antes de unirse a la PAP (Agencia de Prensa Polaca, por sus siglas en polaco) a fines de los años cincuenta. Por décadas estuvo en la extraordinaria y privilegiada posición de ser el único corresponsal extranjero de la PAP. Pasó buena parte de su tiempo en África, cubriendo veintisiete revoluciones y golpes de Estado en todo el continente. Luego siguió cubriendo esa clase de conflictos en Asia y Latinoamérica. Colaboró, entre otros medios de comunicación escritos, para la revista Time y los periódicos The New York Times (EEUU), La Jornada (México) y Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania). Además de ser profesor en varias universidades, en el año 2003 recibió el “Premio Príncipe de Asturias” en Comunicación y Humanidades por “su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje”. Murió en Varsovia el 23 de enero de 2007.

Durante dos años, Domoslawski, especialista en América Latina y viajero por países del Tercer Mundo, siguió las huellas viajeras de Kapuscinski, entrevistó a algunas de las figuras que aparecen en sus escritos y tuvo acceso a los archivos y documentos privados de Kapuscinski, la mayor parte resguardados por Alicja Kapuscinska. Ese privilegio tuvo una razón: por más de diez años fue colega y amigo personal del autor de “El sha o la desmesura del poder”, a quien llama “Richi”. “Solía llamarme para invitarme a ir a su casa a charlar”, es su respuesta a las críticas que le señalan como un “ignorante” de la vida del “maestro”. Asegura que de Kapuscinski sigue admirando “al reportero trotamundos, al escritor sensible y dotado de recursos literarios y al agudo analista de conflictos africanos y latinoamericanos”. Añade que el biografiado “fue mi maestro y mi mentor, y fuimos amigos. Mi objetivo al escribir esta biografía no ha sido atacar al hombre que fue testigo de acontecimientos históricos de gran trascendencia, como la Segunda Guerra Mundial, la construcción del socialismo en Polonia, el hundimiento del colonialismo en África o las revoluciones latinoamericanas, sino simplemente hacer un trabajo serio, en lugar de caer en la mitificación”.

Domoslavski asegura en la biografía que Kapuscinski atravesó la frontera entre el periodismo y la literatura en sus numerosos libros, traducidos en más de treinta idiomas. Para entender ese aspecto, el autor contradice la insinuación que en “El Emperador” hace el famoso reportero polaco sobre el gobernante etíope Haile Sellassie: era medio analfabeta. Por el contrario, dice que era una persona formada y capaz de leer en varios idiomas. Pero, asegura que para Kapuscinski la idea de una máxima autoridad con intención de llevar a cabo reformas moderadas en ese país africano no encajaba para su obra centrada en un déspota que tenía como objetivo arruinar a su país. Cita a una periodista etíope quien asegura que la mayor parte de la cobertura del reportero sobre la caída de Sellassie encajaría mejor en una obra teatral que en una crónica sobre hechos reales. En Londres, el libro “El Emperador” se convirtió en una obra teatral y fue presentada en el Royal Court Theatre. Domoslavski concluye: Kapuscinski manipuló su cobertura para acentuar el efecto dramático. Afirma que el corresponsal polaco describió los acontecimientos etíopes de un modo bastante descuidado bajo su norma de “intensificar la realidad” aunque significara una distorsión de los datos históricos.

Y hay más. De acuerdo con Kapuscinski, él fue testigo directo de peligrosas aventuras con Ernesto “Che” Guevara. Domoslavski recuerda que por error, la casa editora de Kapuscinski afirmaba en las solapas de sus libros sobre América Latina que el reportero conoció personalmente al revolucionario argentino. Cuando un biógrafo estadounidense del “Che” le preguntó sobre esos encuentros, el cronista polaco admitió el error aunque permitió que esas afirmaciones nunca fueron removidas de sus obras. En varias entrevistas posteriores siguió sosteniendo, dice Domoslasvski, que acompañó al “Che” en misiones peligrosas.

También cuestiona la veracidad del relato sobre el encuentro con el rebelde congolés Patrice Lumumba, en la década de los sesenta. Un revisión de su archivo, dice, demuestra que Kapuscinski nunca pudo verlo en acción porque su primer viaje a África como corresponsal de la agencia oficial de información de la Polonia comunista fue tras el asesinato de Lumumba. También califica de “fantasía de autoimportancia” la historia de que fue rescatado de la muerte en el Congo. En otra parte de la biografía, Domoslavski sostiene que Kapuscinski engrandeció públicamente la figura de su padre al que retrató como un héroe de guerra. Al parecer, nunca fue prisionero del Ejército soviético ni escapó por poco de la masacre de Katyn (primavera de 1940) en donde fueron asesinados por agentes de la Policía de la dictadura de José Stalin, miles de generales y miembros de la élite de Polonia. Y así, numerosos pasajes elogiados en todo el mundo como narraciones insobornables sobre guerras y revoluciones en África y Latinoamérica, son puras invenciones de acuerdo con “Kapuscinski non-fiction”.

El colaboracionista

La biografía reabre también otra polémica. Cuando Kapuscinski murió a los 74 años en 2007, ya había sido acusado por el semanario Newsweek-Polska de haber sido un colaborador de los servicios de inteligencia del régimen comunista de su país en las décadas de los sesenta y setenta. El señalamiento, de acuerdo con el periódico Dziennik -editado en Varsovia-, hundió al famoso reportero en una “profunda depresión”. La publicación, al igual que los señalamientos que en ese sentido hace Domoslavski, se basan en los archivos y documentos que resguarda el Instituto para la Memoria Nacional (IPN), un organismo público que persigue los crímenes del nazismo y del comunismo en Polonia.

En sus viajes por el Tercer Mundo y en especial por zonas problemáticas, recuerda Domoslawski, Kapuscinski, al igual que “tantos otros periodistas y profesionales en aquellos años, fue presionado por el régimen para que se convirtiera en informador”. Explica que, aunque fue “un colaborador esporádico que no hizo carrera denunciando a sus compañeros”, sus reportajes sirvieron para convencer a lectores occidentales que los problemas regionales que analizaba o narraba eran producto del colonialismo capitalista y por ello, opina, ayudó a la causa comunista. Recuerda que durante la mayor parte de su vida mantuvo el carnet de afiliación al Partido Comunista aunque presentó su renunció como miembro activo durante la lucha que el sindicato “Solidaridad”, encabezado por Lech Walesa, mantuvo contra la dictadura comunista. La crítica biografía sugiere que el régimen le permitió ese extremo para mostrar que no tenía intención de perseguir a una figura de reputación internacional.

Tras la muerte de Kapuscinski, el asunto de su supuesta colaboración quedó olvidada hasta la aparición de “Kapuscinski non-fiction”. En una entrevista concedida en 2007, Alicja Kapuscinska dijo que su marido no fue un espía, pero que los contratos con el régimen eran “el precio que tuvo que pagar” para viajar por el mundo bajo el régimen comunista. Y es que, en esa época, era imposible salir de Polonia sin firmar antes una declaración de cooperación con el régimen. Era, afirmó, un compromiso indispensable para conservar su permiso de trabajo. Las referencias sobre las “sospechosas conexiones” de Kapuscinski, se defiende el autor, “no me las he inventado, sino que las he encontrado en los archivos del IPN”.

Al conocer Alicja el contenido de la biografía que preparó Domoslavski, inmediatamente interpuso una denuncia ante el Tribunal de lo Civil de Varsovia buscando que se impidiera su difusión al considerar que se vulnera su intimidad y la de su familia, además de que se miente o tergiversa sobre determinadas cuestiones de la vida de su esposo. Desde entonces ha venido repitiendo que se siente “engañada” por el reportero del Gazeta Wyborcza de quien esperó que simplemente publicara un libro sobre las obras de su marido. Afirma que nunca fue informada de se estaba escribiendo una biografía. Domoslawski calificó la decisión de la viuda de acudir ante la justicia de “censura preventiva”, no ocultó su sorpresa y declaró: “Me cuesta creer que una persona como la esposa de Kapuscinski desee que los tribunales censuren un libro”. El 24 de febrero pasado, los jueces decidieron no censurar el libro al sentenciar que la denuncia contra Domoslawski no tiene fundamento y que prohibir el libro sería atentar contra la libertad de expresión garantizada por la Constitución polaca.

Literatura y periodismo, la frontera

Pero, un principio no escrito establece que si en Polonia alguna persona es importante, también es un santo intocable. Colegas de Artur Domoslawski le han acusado de sensacionalismo y de ser “parcial” en perjuicio de la reputación del maestro. Otros, al contrario, opinaron que Kapuscinski merecía ya una biografía que mirara en los aspectos más polémicos de su vida. El autor puntualizó que “no creo que haya dañado el buen nombre de Kapuscinski. Lo cierto es que esto prueba que era una persona más compleja que el mito que hemos creado. Muchos querían un libro sobre el monumento, y no sobre el hombre, y yo no estaba dispuesto a caer en esta trampa”. Y añade: “Yo sigo considerándolo un maestro”.

En una entrevista Domoslawski citó al historiador estadounidense Clayborne Carson, quien descubrió que Martin Luther King cometió un plagio en su tesis de doctorado. Carson dijo que “si miramos a Martin Luther King como un ser perfecto, vamos a salir siempre decepcionados. Pero si lo vemos como un ser humano, con todas sus fallas y contradicciones, podrá alcanzar su grandeza”. Esa frase le sirvió como hilo conductor de su libro: “He querido tratar de ver a Kapuscinski como lo que fue, un ser humano excepcional pero también con defectos y contradicciones, con luces y sombras”. El autor dice que las sospechas sobre su colega crecieron porque habitualmente daba respuestas evasivas cuando se le presionaba sobre los detalles de sus libros.

Domoslawski escribe que “el problema con Kapuscinski es que sus obras literarias eran mucho más atractivas que las obras que se presentaban como máximo ejemplo para los periodistas. Su obra literaria se guardaba en los estantes junto a las bellas letras. Sin lugar a dudas esas obras representan los niveles más elevados de la creación literaria. Probablemente sería mejor que las obras de Kapuscinski no se vendieran como obras periodísticas, a pesar de que una parte importante del material se recabara por medios periodísticos”. Recuerda que desde hace décadas se debate sobre los límites de la ficción literaria en el periodismo. En la escena surgió una nueva categoría denominada “faction”, término en inglés formado a partir de las palabras “fact” (hechos) y “fiction” (ficción).

El propio Kapuscinski tenía sus propias ideas sobre la objetividad. “No creo en el periodismo imparcial”, afirmó en una de sus entrevistas que Domosławski publica en su libro. “No creo en la objetividad formal. Un periodista no puede ser un testigo indiferente, sino que debe contar con una cierta característica que los psicólogos denominan empatia. No es posible hacer un periodismo supuestamente objetivo en casos de conflicto. Cualquier intento de ser objetivo en tales situaciones sólo lleva a la desinformación”. El autor de la biografía llega a afirmar que si las obras de Kapuscinski no se hubieran movido en el límite entre la realidad y la ficción, con seguridad no serían tan famosas como lo son en la actualidad.

Artur Domoslawski piensa que Ryszard Kapuscinski desplazó “el periodismo hacia la gran literatura, quizá porque se dejó llevar por una gran imaginación y porque fue un testigo excepcional del siglo XX y de grandes acontecimientos históricos, como el hundimiento del colonialismo en el continente africano, los procesos revolucionarios latinoamericanos o el nacimiento de Solidaridad en Polonia”. A su juicio, “el problema de esta deriva hacia la gran literatura en los libros de Kapuscinski es que, a veces, en sus escritos, el reportero tenía cierta tendencia a la exageración y hasta la fabulación y no siempre se dejó guiar por el rigor periodístico. Esto no le quita grandeza a la obra de Kapuscinski, pero demuestra que fue un hombre de su época con sus limitaciones, sus virtudes pero también sus defectos”. Y, finalmente, sostiene que “no tenemos que acusarlo de haber sido un mentiroso, pero sí que hay que tener en cuenta que algunos de sus libros son obras literarias, pero no trabajos periodísticos en el sentido estricto pues, aunque reúnan mucha información, porque Kapuscinski tenía buenos contactos en todas partes, tienen una estructura demasiado literaria.” El problema radica, ahora, en dónde serán colocadas las obras del gran periodista polaco, ¿en la sección de no ficción o de “faction”?.

La huelga anunciada. Problemas en el ente

El estilo no convence. Cumplidos los cien días de gracia habituales tras ocupar por primera vez el cargo, Alberto Oliart, el nuevo presidente del ente Corporación Radio-Televisión Española (CRTVE) está muy lejos de imponer el mismo grado de consenso y paz que facilitó en el Congreso de los Diputados su nombramiento tras un fácil acuerdo entre las dos principales fuerzas políticas: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE y en el Gobierno) y el Partido popular (PP, principal en la oposición).

De 81 años cumplidos, en el Gobierno de Adolfo Suárez y tras las elecciones generales de 1977 –las primeras tras 41 años de dictadura franquista- Oliart ocupó la titularidad de los ministerios de Industria y Energía y Sanidad. Con Leopoldo Calvo Sotelo como presidente, fue responsable de la cartera de Defensa desde donde hizo frente al frustrado intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Las críticas y señalamientos por no haber contenido al grupo de militares inconformes no le impidieron mantenerse en el cargo durante la primera gestión de Felipe González.

Durante veintisiete años Oliart estuvo retirado de la política y vida pública hasta que el 11 de noviembre de 2009, PP y PSOE por sorpresa acordaron que sustituiría a Luis Fernández al frente de CRTVE y se haría cargo del proceso de adaptación que la corporación experimenta gracias al nuevo modelo de financiamiento que rige desde el pasado primero de enero: una televisión pública sin publicidad.

Aunque Alberto Oliart es reconocido en los círculos de la política nacional como una persona de consenso y figura importante de la transición a la democracia, lo cierto es que sus primeros gestos y medidas han provocado malestar en varios consejeros de CRTVE, recelo en el equipo que le heredó Luis Fernández y temor en los sindicatos. El desagrado se ha extendido en la cadena pública al grado de que está convocada una huelga general de veinticuatro horas. El dato significativo es que la exigencia de movilizarse partió de los propios trabajadores y no de sus representantes. El jueves 28 de enero pasado, los pasillos de “El Pirulí” –tal y como se le conoce a la sede principal de CRTVE- fueron escenario de una inusual pitada y cacerolada contra la política que está llevando a cabo la dirección de “contratación externa de productoras privadas que están haciendo las retransmisiones y los programas mientras los técnicos, cámaras y redactores de Televisión Española están sin hacer nada”, según denunció Teo Altieri, presidente del Comité General Intercentros, máximo órgano de representación de los trabajadores.

Los sindicatos aseguran que con la contratación de productoras externas se está despilfarrando dinero público mientras que en CRTVE hay “trabajadores de brazos cruzados”. Exigen a la dirección que “revise si es necesario alquilar enlaces, unidades terrenas (equipos de transmisión en directo vía satélite), montadores, iluminadores o reporteros de fuera de la casa si el mismo trabajo se puede hacer dentro”. Por ejemplo: en una carta enviada en diciembre pasado a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, una sección sindical del corporativo mostraba su malestar porque, “por primera vez en la historia”, los medios técnicos para la grabación del tradicional mensaje navideño del Rey fueran ajenos a CRTVE. Para esa ocasión, la televisión pública quería producir la señal en alta definición. El realizador solicitó una unidad dotada con esa tecnología. Y aunque en ente público tiene un equipo de grandes dimensiones que suele utilizar en las transmisiones de partidos de fútbol de la “Champions League”, finalmente y por causas desconocidas se alquiló una unidad pequeña con un costo de seis mil euros (unos 106.000 pesos).

Presupuesto a detalle

El calendario de movilizaciones y paros se configuró desde el 21 de enero tras la celebración de una asamblea general extraordinaria promovida por los Comités de Empresa de Radio Nacional de España (RNE), Televisión Española (TVE) y Corporación Radio-Televisión Española (CRTVE) en “defensa de la producción propia y contra la externalización”. Los más de ochocientos trabajadores que acudieron a la reunión manifestaron su inconformidad por la situación actual que atraviesa el ente público y, mediante un comunicado de prensa, exigieron que “volviera a ser lo que era: una fábrica llena de ilusión, de trabajo, y de alegría”. Denunciaron que “directivos externos” están quitando “el trabajo a los empleados de la corporación para dárselo a amigos de empresas de fuera.” De acuerdo con sus cuentas, en CRTVE hay 110 directivos externos, unas 53 productoras trabajan para TVE y más del setenta por ciento de la producción de programas de RNE es externa y se realiza a través de contratos mercantiles. Los empleados también han recordado que se están aplicando mal las tasas al contabilizar el coste de la producción propia, que realmente sale mucho más barata que lo que dice el sistema contable.

Los trabajadores exigen un plan de producción propia, un estudio de los niveles reales de ocupación de los recursos propios y el pleno empleo en la corporación. Insisten en que quieren hacer lo que saben: trabajar y hacer programas de radio y televisión. Además y para cuantificar posibles ahorros, exigen saber a detalle cómo se distribuye el presupuesto destinado al área de servicios externos y que representa unos trescientos millones de euros al año (unos 5,302 millones de pesos). Esa partida corresponde, que incluye gastos de teléfono y luz, es un tercio del presupuesto total del ente público. El otro tercio corresponde a gastos de personal y el restante a la compra de contenidos.

El 4 de febrero pasado, representantes sindicales y directivos de RTVE se reunieron para negociar el acuerdo de convenio de los trabajadores. En el encuentro, los responsables del ente se negaron a tratar el tema de la externalización de programas y servicios. Los sindicatos se levantaron de la mesa de negociaciones no sin antes comunicar su calendario de protestas: paros parciales a partir del 17 de febrero, manifestación nacional el 20 y una huelga general de veinticuatro horas el 3 de marzo. Los espacios más afectados serán los informativos y varios programas emblema que son realizados por productoras externas.
Altieri declaró que “no es hora de discutir una subida salarial ni unas condiciones laborales mejores o peores, lo que estamos pidiendo con la movilización es el pleno empleo, la producción propia y la reducción de directivos”. Tras el preaviso de huelga se puso en funcionamiento un “comité de huelga” que tratará de negociar con la corporación para conseguir que se reduzca el gasto en producción externa.

Oliart, su estilo

Los contactos se multiplicaron entre las partes y los representantes aseguraron que había disposición para negociar y llegar a acuerdos. Pero, las maneras de Oliart irrumpieron de nueva cuenta. En la reunión extraordinaria del consejo de administración de CRTVE celebrada por sorpresa el 10 de febrero –varios consejeros aseguraron que se enteraron un día después por la prensa-, los asistentes analizaban dos asuntos importantes para el ente: la convocatoria a huelga y una auditoria a la gestión del último director comercial. Justo cuando un consejero-representante del partido nacionalista catalán Convergencia i Unió (CiU) pide la palabra, ante el asombro de los presentes Oliart se levanta y se marcha sin darle opción a decir nada. La razón: una cita con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Originalmente, de acuerdo con la convocatoria, la sesión extraordinaria del consejo debería celebrarse ese miércoles por la mañana. Oliart la cambió por la tarde porque tenía una reunión. Sin embargo, y tras este cambio de horario salió de forma precipitada porque lo esperaba el ministro.

Una fuente del consejo de administración que pidió mantener el anonimato, aseguró al periódico El Mundo que “no nos gusta nada la manera de gestionar del presidente” porque “no hay fechas de los consejos, los convoca tarde, cuando quiere y, encima, se levanta y se va en mitad de una reunión”. En su lluvia de quejas dijo que “se limita a presentar sus informes cuando en RTVE están ocurriendo cosas muy importantes y no se tratan”. Esa circunstancia, dijo, provoca una sensación generalizada: “Está creando muy mal ambiente”.
Antes de abandonar la reunión, el presidente de CRTVE aseguró que no veía “razones objetivas” para que estallara la huelga en el ente y dijo que aunque no ponía en duda los argumentos de sindicatos, “no me aclaran nada” sobre las múltiples acusaciones que han dirigido a su gestión. El presidente de la televisión y radio públicas españolas advirtió que no tolerará comportamientos de “trabajadores exaltados” que han propuesto invadir estudios y cabinas para impedir la transmisión de programas. “Las protestas, si las hay, deben ser formales, dentro de la legalidad”, reclamó

El inminente calendario de protestas en RTVE llevó al Gobierno socialista a aprobar, en el Consejo de Ministros del 12 de febrero, un Real Decreto por el que se establecen las normas para garantizar los servicios mínimos esenciales en CRTVE y en las sociedades TVE y RNE. De acuerdo con el documento, es necesaria la “adopción de medidas procedentes para asegurar el mantenimiento del servicio público esencial de la televisión y la radio de titularidad estatal” para que queden “salvaguardados”, al mismo tiempo, el interés general de la comunidad y el derecho fundamental de huelga de los trabajadores.

El Real Decreto establece que el ejercicio del derecho de huelga por el personal de las sociedades de la CRTVE se realizará “sin perjuicio del mantenimiento de los servicios esenciales en cada uno de los centros, en jornada normal”. En las jornadas de protesta, dice el documento, se debe garantizar la producción y emisión en TVE, RNE y en medios interactivos de los programas informativos, limitándose a la inclusión de noticias o informaciones que sean de actualidad y tengan la inmediatez necesaria para garantizar el derecho a la información de los ciudadanos.

Crisis y transformación, elementos permanentes en la profesión periodística

Los miedos y la incertidumbre de una profesión que parece estar siendo acosada por el avance de la tecnología en los últimos tiempos salieron a escena durante la celebración del XI Congreso de Periodismo Digital celebrado el 11 y 12 de marzo en la ciudad de Huesca. Los cuatrocientos profesionales convocados al simposio de referencia del reporterismo digital en España analizaron, debatieron y sugirieron nuevas fórmulas que permitan responder a la pregunta sobre la que giraron las ponencias: "¿Desaparecerá el periodismo?". "No", es la respuesta unánime tras las jornadas. La razón es sencilla: "Siempre habrá alguien que lo resucite, lo reinvente, por quinta vez". Y esto a pesar de que el cartonista Antonio Fraguas, "Forges", aseguró, arrancando la mayor carcajada de los asistentes, que "el periodismo es la única profesión que dignifica a quien la abandona".

En las intervenciones, que también incluyeron a profesionales de Perú, Argentina y Portugal, se hizo referencia a las nuevas narrativas multimedia, a los diarios en modernos dispositivos, a proyectos de integración de redacciones de papel y on line y, en consecuencia, a la inminente desaparición de una forma de hacer periodismo. Gabriel Campanario, un periodista catalán nacido en 1969 y que en la actualidad trabaja como ilustrador en el rotativo estadounidense The Seattle Times, señaló que "para los medios tradicionales el auge de internet es una tormenta de la que no saben cómo escapar. Las noticias en papel no pueden competir y el chaparrón se las lleva por delante. Hay que cambiar de estrategia para sobrevivir en el nuevo panorama informativo que nos espera cuando se levante el temporal".

Desde esa perspectiva, en las conclusiones se apostó porque en la era de la red de redes se dé prioridad a la profundización y al análisis crítico de la información, así como al mantenimiento de la inmediatez y la frescura que aporta. Se consideró que las redes sociales, blogs y otras herramientas como Twitter son claves en el proceso de transformación que están experimentando los periodistas y su profesión. Gracias a ellas, apuntó la periodista y escritora Mara Torres durante la conferencia inaugural, "se ha conseguido generar una forma de comunicación bidireccional que puede suponer una gran ayuda al periodismo pero que también plantea algunas amenazas". La presentadora del informativo nocturno de La 2 -cadena estatal de televisión- y ex directora del programa nocturno "Hablar por hablar" de la cadena SER, uno de los pioneros en la introducción del chat en un programa de radio, ejemplificó: "El periodismo ciudadano es uno de los riesgos que corremos ahora. Hemos pasado de información para el público a información con el público. El desafío es dar a cada uno el protagonismo que merece de una forma que sea honesta para todos".

La titular del principal programa de fin de semana de la SER, Montserrat Domínguez, consideró que los usuarios de las redes sociales son sólo testigos de los acontecimientos: "Cualquiera es capaz de escribir unas lineas, pero no basta para escribir bien". Hizo hincapié en que saber usar Twitter "no te garantiza una carrera periodística de largo recorrido. Contar un acontecimiento en 140 caracteres no es hacer periodismo". Del mismo modo, reflexionó, no resulta tan fácil ser un buen bloguero. "Hay que tener algo que contar, saber contarlo y añadirle un toque de gracia o chispa", sostuvo. Dentro de la odisea de las nuevas tecnologías explicó que el periodismo impreso está muriendo paulatinamente tal y como lo conocemos ahora y que, por el momento, no existen alternativas definidas. Aun así invitó a reflexionar a las nuevas generaciones sobre la importancia del rigor periodístico. Los actuales periodistas "estaremos medio muertos, pero somos muy tozudos. Tendréis que luchar para quitarnos el mando", advirtió a los estudiantes que siguieron su conferencia para después subrayar que en la actualidad hay muchos periódicos moribundos “y muchos periodistas muertos, que no saben que lo están y se aferran a la silla, al ordenador y pasean por la redacciones como si fuesen suyas. No son nadie ni tienen ningún futuro”. Confesó que tampoco tenía claro si ella estaba viva o no, “porque no tengo blog, no tengo Twitter y no sé usarlo; no tengo e-book, no tengo un portátil para conectarme a internet y llevo años tratando de escuchar la radio a través de mi Mac y no hay manera. Soy de las pocas que jamás he conseguido piratear una canción o una película”.

Contó que cuando estudiaba la carrera un profesor les dijo que no iban a encontrar trabajo en toda la vida. “Nos creíamos que íbamos a lograr un empleo nada más salir. No le faltaba razón, pero no es exactamente así. De agoreros están llenas las facultades, los másteres… pero hay que filtrar”, señaló. Porque para ser periodista, apuntó, “hay que trabajar muchísimo, leer muchísimo, prepararse de manera permanente. La formación no se acaba en un periodista que pretenda serlo y más en un periodista generalista que no está especializado en nada”.

Domínguez aseguró al auditorio que se encontrarán con empresas que pretendan que trabajen por poco dinero, “que no critiquen, sean dóciles… Eso siempre ha sido así. Tienen que resistir porque en algún momento tendrán responsabilidad y deberán decidir. Tener claro la escala de valores; vuestro deber no es con la empresa sino con el público al que se dirigen”.

Sobre la irrupción de las nuevas tecnologías en la forma de hacer periodismo opinó que se necesitan “periodistas integrados” aunque siempre harán falta buenos realizadores o montadores. “Cualquiera es capaz de narrar, pero escribir bien es algo que sólo saben hacer algunos periodistas. No todos los que escriben lo hacen bien. Para estar en la radio hace falta un mínimo manejo del lenguaje, y muchos de ellos no hablan bien. Y en televisión, lo mismo”, insistió.

Siguiendo esa idea, otros autores coincidieron en la memoria final del congreso que dentro del actual proceso de transformación del periodismo es necesario seguir explorando nuevas narrativas que sorprendan al receptor que tiene como vehículo para informarse a las tecnologías. Internet, afirman, permite contra una historia de una forma más completa. No sirve, aseguran, ofrecer lo mismo que todos los demás. Se necesita una imagen adaptada donde se explote el potencial multimedia e interactivo del soporte digital. Los dispositivos móviles suponen un gran desafío: se trata de buscar un modelo gráfico especialmente adaptado para esos contextos móviles de acceso a la información.

En una tertulia Mara Torres compartió reflexiones con el veterano reportero catalán Martí Gómez, con Alfonso Armada (periódico ABC) y Ramón Lobo (diario El País). Los cuatro destacaron que el futuro de los periódicos estará sujeto a la calidad, al análisis y a saber explicar las cosas por encima de contarlas, pues esa función llega antes y en mayor cantidad por internet. Armada destacó que "la prensa escrita lleva con un modelo sólido muchos años y aunque ese debate se acercaba parece que les ha sorprendido con el pie cambiado. Se está repitiendo lo mismo que se hace en papel pero en internet, con lo que acabas regalando lo que estabas vendiendo. Hay que profundizar en el carácter propio del papel, quizás arrevistar más el periódico, con capacidad de profundización”.

Lobo, ganador del premio "José Manuel Porquet" otorgado por el congreso gracias a su trabajo en el blog "En la boca del lobo. El blog de Ramón Lobo" (www.ramonlobo.com), aseguró que

"internet va a salvar al papel. En internet el periodismo es más fresco y va a obligar al papel a replantear cosas. En un caso de emergencia, se tiende a llamar a la policía y a otros en lugar de ir allí. Igual la historia no es que se caiga un edificio sino cómo un perro salva a una señora, por ejemplo. Las historias enriquecen. Mi compañera Sol Gallego sostiene que el papel tiene que explicar las cosas, no contarlas. Los periódicos tienen que recuperar el análisis y los reportajes: internet obligará a cambiar y eso salvará al papel. Mi madre, que es inglesa y ve la BBC, y habla francés y tiene una edad, no busca noticias, busca opinión, las noticias ya las sabe."

Lobo advirtió del “peligro de un periodismo aburrido”, y lo ilustra con curiosos métodos de medición: “Hay que contar el número de corbatas. Cuentas las corbatas y cuantas más corbatas, más aburrida es la información. Número de veces que sale la palabra Obama dividido por número de páginas de internacional, igual a índice de monotonía”. Aplicándolo a la manera en que se informa, dijo, nos encontramos pues ante un producto periodístico “demasiado ‘declarativo”, con un exceso de seguimiento a gobernantes en general. La calidad se tiene que pagar.

En un taller previo al arranque del congreso, un “Workshop”, los responsables de 51 medios digitales de Europa y América Latina aceptaron que la calidad debe comenzar ya a ser la “meta única” en la utilización que de las nuevas tecnologías hace el ejercicio periodístico. Es urgente, indicaron, proponer una “tabla de prioridades” que permita dejar atrás planteamientos que se reducen a “cómo hacer negocio” en los medios de comunicación por internet y evolucionar hasta lograr dignos y ejemplares estándares de calidad.
En ese proceso, se subraya en la memoria del congreso, destaca la tendencia de unificar la redacción de papel, radio o televisión con la de internet. Los participantes destacan que “no existe una receta única” y añaden que para el éxito del “proyecto es imprescindible que los periodistas del viejo y del nuevo mundo trabajen en un único espacio, bajo un único concepto editorial y con un único puesto de dirección que reparta la cobertura y gestione los ritmos y la tensión informativa entre todos los soportes”. De esa forma, explican, las redacciones tienen que sufrir transformaciones para adaptarse a los “nuevos flujos de trabajo”. Es imprescindible que los redactores y sus jefes cambien sus hábitos de trabajo para pensar, por ejemplo, en muchos cierres, y no en sólo uno al día. Otro de los problemas que es urgente resolver inmediatamente, destacan, es la falta de confianza en los modelos de negocio de la prensa digital. Alarmante es la baja inversión que están destinando los editores a las ediciones digitales.

Porque el negocio en los medios de comunicación mantiene su tendencia a la baja. El director del congreso, Fernando García Mongay, aseguró que en todo el mundo la prensa y las cadenas de radio y televisión, además de los soportes digitales, están enfrentando “la crisis más severa de su historia” lo que se traduce en cierres de empresas, recorte de plantilla y drástica reducción de gastos.

En los análisis se intentó resucitar un oficio que, se aseguró, atraviesa por una época de "vacilación y desasosiego" por los problemas financieros. Y es que además de “transformación”, la palabra “crisis” fue la segunda más repetida en las ponencias, debates, encuentros o en los pasillos. La “profesión está amenazada”, fue uno de los diagnósticos que tienen como base documentos como el "Observatorio de la APM" (Asociación de la Prensa de Madrid) elaborado a finales de 2009. En él se asegura que en el último semestre de 2009 se perdieron 1.845 puestos de trabajo tan sólo en los medios de comunicación madrileños. La cifra del anterior informe era de 1.512 puestos de trabajo afectados. El número aumentaría, con toda probabilidad, si se añadiesen los de los sectores inabarcables de las revistas profesionales y los gabinetes de comunicación. Los números rojos no sólo afectan a periodistas sino también a personas que laboraban en los departamentos de administración, publicidad o impresión. Destaca de ese periodo el cierre de la revista Zero -la primera dirigida al público homosexual- y del periódico por internet Soitu.es

A manera de colofón, la presidenta de la Asociación de la Prensa de Aragón, Camino Ibarz, lamentó que la profesión esté cercada por una “grave crisis de identidad y credibilidad”, a lo que hay que sumarle las dificultades económicas. Pero, animó a los profe, actuales y futuros, a que trabajen para que “los usuarios vuelvan a conocernos”. Las herramientas y medios digitales, subrayó, “pueden y deber ayudar a construir ese periodismo de calidad" que todos buscamos.